La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha emitido una actualización de sus directrices para la atención de pacientes con gripe, orientada principalmente a los profesionales de la salud. Estas nuevas recomendaciones no solo abarcan la gripe estacional, sino que también incluyen pautas frente a los virus gripales con potencial pandémico, reforzando la preparación global ante posibles amenazas futuras.
La gripe es una enfermedad viral muy común que afecta a millones de personas cada año en todo el mundo. Se estima que anualmente se registran cerca de mil millones de casos de gripe estacional, de los cuales entre tres y cinco millones derivan en enfermedades respiratorias graves. Además, las complicaciones asociadas con la gripe causan entre 290 000 y 650 000 muertes al año.
Además de los virus estacionales, los virus gripales de origen animal, como los de la gripe aviar o porcina, pueden ocasionalmente infectar a los seres humanos, produciendo desde síntomas leves hasta neumonías graves e incluso la muerte. Aunque estos virus no se transmiten de persona a persona actualmente, la OMS los reconoce como una potencial amenaza pandémica.
Las nuevas directrices proporcionan recomendaciones sobre el uso de medicamentos antivirales y otros tratamientos, como los esteroides para regular el sistema inmunitario. Esta actualización abarca tanto los virus de gripe estacional como aquellos con potencial pandémico y nuevos virus gripales de tipo A que se sabe pueden causar enfermedades graves en humanos.
Un grupo multidisciplinario de expertos, que incluyó clínicos, pacientes, especialistas en ética y metodólogos, fue responsable de revisar la evidencia disponible para formular las recomendaciones, utilizando el enfoque GRADE, un sistema reconocido para la elaboración de guías confiables.
Este esfuerzo forma parte de la respuesta integral de la OMS ante la gripe, apoyada por el Sistema Mundial de Vigilancia y Respuesta a la Gripe (SMVRG) y el Marco de Preparación para una Gripe Pandémica (Marco de PIP), que busca mejorar el acceso a tratamientos eficaces y herramientas de prevención en todo el mundo.
Con estas nuevas directrices, la OMS reafirma su compromiso de fortalecer la capacidad de respuesta global ante las amenazas gripales, incluyendo aquellas con potencial pandémico, en un mundo cada vez más interconectado.
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