La cefalea en racimos es un padecimiento que se caracteriza por la presencia de crisis de dolor unilateral y localizado alrededor del ojo y/o la sien, aunque puede implicar a otras regiones. El afectado presenta un dolor con intensidad grave, hasta el punto que se la ha denominado como la cefalea ‘suicida’ por la gran intensidad del dolor”, explica el doctor Porta-Etessam, director de la Fundación del Cerebro.
“Aunque respecto al riesgo de suicidio, en realidad los porcentajes son bajos y muy similares a la población general, es una enfermedad que, por su gravedad, conlleva mucha comorbilidad, sobre todo en el ámbito psiquiátrico y en el abuso de sustancias”, explicó el doctor Porta-Etessam. De igual modo añadió que el 90%, 75% y 43% de estos pacientes suelen sufrir de agitación o intranquilidad, ansiedad y depresión respectivamente, pues estos son los principales aspectos de comorbilidad psiquiátrica que conlleva padecer cefalea en racimos.
En ese sentido, diversos trabajos apuntan a que entre los pacientes con cefalea en racimos existe un aumento marcado del consumo de tabaco y del alcohol, además de que en ellos es más frecuente el uso de drogas recreativas, a pesar de que en un gran porcentaje su finalidad suele ser terapéutica.
Por otra parte cabe destacar que una de las características de esta enfermedad es el gran retraso en el diagnóstico y en consecuencia, la mayoría de los afectados no puede recibir un tratamiento adecuado. De hecho, se estima que sólo el 21% de los pacientes recibió un diagnóstico adecuado desde el inicio.
En el 42% de los casos la demora diagnóstica fue de 5 años o más y en el 22% de más de 10 años. De igual manera, el 37% de los afectados nunca han recibido esteroides como tratamiento de transición, el 53% de los ellos no habían recibido verapamilo como tratamiento preventivo y el 39% no han recibido nunca oxígeno como tratamiento, a pesar de ser eficaz para más del 83% de los pacientes.
La oxigenoterapia es una buena opción para tratar este padecimiento, ya que el oxígeno es uno de los tratamientos de primera elección para las crisis de racimo, por su eficacia equiparable o superior a otros tratamientos.
Fuente: Efe Salud.
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