Investigadores de la Universidad de Oxford, el Instituto Karolinska, Estocolmo, la Universidad de Colorado y la Universidad de Örebro, Suecia, estudiaron a más de 21,000 personas en Suecia que recibieron tratamiento con al menos uno de los cuatro medicamentos utilizados para tratar el alcohol y los trastornos por consumo de opioides (acamprosato, naltrexona, metadona y buprenorfina).
Los investigadores compararon las tasas de comportamiento suicida, la sobredosis accidental y el delito para las mismas personas durante el período en el que estaban recibiendo el medicamento en comparación con el período en el que no lo estaban.
Cabe destacar que la mayoría de los medicamentos fueron efectivos para reducir la incidencia de todas las medidas de resultado (comportamiento suicida, arresto por cualquier delito, arresto por crimen violento, sobredosis accidental). Estos medicamentos redujeron el riesgo de comportamiento suicida en hasta un 40%, las sobredosis accidentales hasta en un 25%, el arresto por cualquier delito hasta en un 23% y el arresto por delitos violentos en hasta un 35%. Sin embargo, el tratamiento con metadona aumentó el riesgo de sobredosis accidental en un 25%.
De su lado, la profesora Seena Fazel del Departamento de Psiquiatría de Oxford, autora principal del estudio, dijo: "Si bien se ha establecido que estos medicamentos son efectivos para reducir el consumo de alcohol y opiáceos, esta es la primera vez que las mejoras del mundo real en estos aspectos clave de la salud y los resultados sociales han sido demostrados”.
"El abuso de sustancias tiene enormes efectos en la salud pública, incluida la mortalidad prematura, las enfermedades infecciosas y los problemas de salud crónicos, lo que hace imperativo que encontremos una manera segura y efectiva de ayudar a las personas con adicciones a recuperar el control de sus vidas”, agregó la investigadora.
Finalmente, hay que subrayar que las muertes por sobredosis de opiáceos recetados e ilícitos han aumentado en muchos países, lo que contribuye a una reducción sustancial de la esperanza de vida. Las sobredosis no fatales también son comunes. Los estudios han demostrado que entre el 30% y el 80% de las personas que usan drogas ilícitas regularmente han experimentado al menos una sobredosis no fatal.
Fuente: Universidad de Oxford.
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