La vitamina D, conocida como la vitamina del sol, es muy importante para la salud de los huesos, pero también para los músculos, los nervios y el sistema inmune. Estudios recientes indican que, además, podría llegar a ser una opción de tratamiento para la diabetes.
La vitamina D está relacionada con la liberación de insulina y con la resistencia a esta hormona. “Por tanto, podría influir en el desarrollo de diabetes y en el control glucémico”, señaló Rebeca Reyes, miembro de la Unidad de Gestión Clínica de Endocrinología y Nutrición del Complejo Torrecárdenas (Almería, sur de España) y del Servicio de Endocrinología de la Clínica San Pedro de la misma ciudad, en su intervención en el Ciclo I del programa AdvanceD ‘La vitamina D la saluD’, una iniciativa de los laboratorios Faes Farma.
“Estudios recientes muestran que, en personas con diabetes tipo 2, la administración de dosis altas de vitamina D puede inducir un efecto positivo sobre el control glucémico”, apuntó la doctora Reyes.
En lo relativo a la diabetes tipo 1, la especialista indicó que “también existen estudios observacionales que sugieren una posible relación entre el déficit de vitamina D y un mayor riesgo de diabetes mellitus tipo 1”.En este sentido, “la vitamina D podría constituir una opción futura de tratamiento, aunque son necesarios más datos”, manifestó.
Por su parte, los especialistas de Endocrinología y Nutrición del Complejo hospitalario Ruber Juan Bravo de Madrid (España) explicaron que los niveles de vitamina D varían en función de la edad, del género y de otros factores como la exposición solar, la estación del año, la latitud geográfica, la contaminación, etc. Indican que, por lo general, los niveles deseables de vitamina D están por encima de 20 ng/ml (nanogramos por mililitro) y el rango óptimo se sitúa entre 30 y 60 ng/ml.
“Nuestro organismo adquiere la vitamina D principalmente a través de dos procesos. El primero es mediante nuestra piel y se debe a la exposición solar, concretamente a los rayos ultravioleta. El segundo proceso es la alimentación, pues consumimos distintos alimentos que contienen pequeñas cantidades de vitamina D”, señalaron Los expertos del Complejo hospitalario Ruber Juan Bravo.
“No hay que volverse locos con la vitamina D. Depende de la radiación UVB, que es muy alta en primavera y verano, pero muy baja en otoño e invierno, en esa época habría que estar varias horas expuestos al sol para sintetizar suficiente vitamina D y, además, vamos muy cubiertos. Sin embargo, en verano y primavera es suficiente si te da el sol en piernas, brazos y cara 15 minutos al menos 3 veces a la semana, considerando que con la edad también la piel disminuye su capacidad de sintetizar esta vitamina”, concluyó la doctora Yolanda Gilaberte, miembro de la Academia Española de Dermatología y Venereología.
Fuente: Efe Salud
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