Los autoanticuerpos se usan como biomarcadores en enfermedades autoinmunes como la artritis reumatoide o el lupus eritematoso sistémico. Estos y otros muchos trastornos pueden detectarse en etapas asintomáticas. En este contexto, se ha realizado un estudio de diagnóstico precoz de osteoartritis en rodilla, donde ha participado el Centro de Investigación del Cáncer a través de la unidad de proteómica, miembro de PROTEORED coordinada por Manuel Fuentes.
Previamente, la comunidad científica ya ha detectado la presencia de autoanticuerpos en suero de pacientes con osteoartritis, pero con este trabajo se ha dado un paso más al asociar la presencia de autoanticuerpos a la incidencia y progresión de la enfermedad. El estudio ha detectado, a través de técnicas proteómicas de alto rendimiento y con extrema sensibilidad, autoanticuerpos útiles para identificar aquellas personas asintomáticas que desarrollarán osteoartritis de rodilla antes de noventa y seis meses, y ha examinado la relación entre sus niveles en suero y el tiempo de incidencia de osteoartritis.
La función de un cartílago es facilitar el movimiento de las articulaciones y amortigua el efecto del movimiento en los huesos. Cuando se desarrolla la osteoartritis, el cartílago que está entre las articulaciones se desgasta y ocasiona síntomas como el dolor o la hinchazón y se tienen dificultades en el movimiento al usar la articulación afectada.
La osteoartritis es la enfermedad artrítica más común en las articulaciones móviles y es cada vez más importante en las poblaciones con más de los cuarenta años, porque conduce a la discapacidad crónica del paciente. La osteoartritis suele desarrollarse lentamente a lo largo de muchos años, sin embargo, los métodos de diagnóstico actuales son insensibles para detectar los pequeños cambios que ocurren en las primeras etapas, cuando la enfermedad es asintomática.
Para resolver este problema, y poder detectar las primeras fases del proceso de la enfermedad debe ser estudiada desde el punto de vista molecular, y este ha sido el abordaje de este trabajo. Aunque la osteoartritis no se considera una enfermedad autoinmune, sí genera una respuesta inmune por el estrés celular y la degradación de la matriz extracelular.
La activación de la respuesta inmune generalmente implica la producción de inmunoglobulinas que pueden detectarse en suero y usarse como biomarcadores para el diagnóstico precoz. En este campo, la estrategia de matriz de proteínas programables de ácido nucleico (NAPPA) empleada en proteómica se ha utilizado ampliamente para detectar autoanticuerpos en muchas enfermedades. De hecho, se ha empleado en estudios exploratorios en sueros de pacientes con osteoartritis y artritis reumatoide.
Fuente: DICYT.
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