Nuevos avances sobre el origen de la leucemia linfoblástica aguda en niños

Investigadores del Centro de Investigación del Cáncer (USAL-CSIC), del Centro de Biología Molecular Severo Ochoa y del Instituto de Investigación Biomédica de Salamanca (IBSAL) han revisan el origen de la leucemia linfoblástica aguda en niños en la publicación Nature Reviews Immunology. El trabajo estrecha el cerco a la leucemia infantil.

El cáncer es, después de los accidentes, la causa más frecuente de muerte infantil en los países desarrollados. La leucemia linfoblástica aguda de células B (LLA-B) es la forma más común de cáncer infantil.

Un aspecto poco conocido es que, en realidad, un muy alto porcentaje (5%) de niños sanos presenta desde el nacimiento una predisposición a desarrollar LLA-B, pues sufren alteraciones genéticas que afectan a los genes implicados en el desarrollo de las células B. De esta manera, potencialmente, muchos niños podrían ser propensos a sufrir la enfermedad, pues portan células preleucémicas.

Afortunadamente, muy pocos (<1%) de estos niños predispuestos desarrollarán la leucemia, al sufrir una segunda alteración que, sumada a la primera, conduce a la enfermedad. Las causas que desencadenan esta progresión aún no están claras, pero la incidencia de la LLA-B parece estar aumentando en el mundo en paralelo con la adopción del estilo de vida moderno. 

Los datos más recientes indican que un estrés del sistema inmune podría estar implicado en la aparición de la leucemia en los niños con predisposición genética. Este estrés podría ser desencadenado por la exposición a infecciones comunes en ciertas circunstancias, o por otros factores como el tratamiento con antibióticos, la dieta, o alteraciones de la microbiota intestinal (siempre en el contexto de niños genéticamente predispuestos).

Estas cuestiones son el objeto de un artículo publicado en Nature Reviews Immunology, la revista de revisiones de inmunología más prestigiosa del mundo, por el grupo de expertos españoles formado por los doctores Carolina Vicente-Dueñas (IBSAL, Salamanca), César Cobaleda (Centro de Biología Molecular Severo Ochoa, CBMSO, Madrid) e Isidro Sánchez-García (CIC-IBMCC, Universidad de Salamanca- CSIC, Salamanca).

El problema es que aún no conocemos los detalles de este proceso y, por tanto, no somos capaces de anticiparnos a este segundo desencadenante de las leucemias, de forma que, cuando éstas se detectan, ya la enfermedad está en su fase aguda.

Sin embargo, Sánchez-García y sus colegas, por sus estudios en modelos de ratón de LLA-B, saben desde hace algunos años que esta enfermedad podría ser de hecho prevenible, y que comprender la interacción entre las células preleucémicas y el estrés inmunológico nos podría proporcionar las estrategias para prevenir el desarrollo de las LLA-B infantiles, pues los estudios de sus laboratorios han identificado factores que desencadenan la leucemia.

Se trata –señala Sánchez García– de “un cambio de paradigma en la forma de entender la leucemia, que servirá de piedra angular para centrarnos en el desarrollo de estrategias de prevención, en lugar de en vías para tratar las leucemias una vez que se han producido”.

Fuente: DICYT 

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