De acuerdo a resultados de un estudio llevado a cabo por un equipo de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) y el área de Epidemiología y Salud Pública del CIBER (CIBERESP) una mayor ingesta de zinc se asoció prospectivamente con un menor riesgo de deterioro de la función física y fragilidad entre los adultos mayores.
Estos hallazgos sugieren que una ingesta adecuada de zinc, que se puede lograr a través de una dieta saludable, puede ayudar a preservar la función física y reducir la progresión a la fragilidad.
Los investigadores analizaron la información de 2.963 adultos mayores de 60 años de la cohorte española Seniors-ENRICA, iniciada en 2008-2010 y con el último seguimiento realizado en 2017.
Los resultados muestran que un consumo mayor de zinc a través de la dieta habitual estaba asociado a menor riesgo de deterioro de la función física y de fragilidad incidentes después de nueve años de seguimiento.
En cuanto a los posibles mecanismos implicados en esta asociación, destaca la intervención del zinc en la modulación de vías de señalización de producción de citoquinas inflamatorias por la proteína A-20 y la regulación de proteínas de unión al zinc, como el factor NRF2 o metalotioneínas, implicadas en la activación de expresión génica de enzimas con función antioxidante que participan en la reducción de radicales libres, y que a su vez previenen respuestas inflamatorias.
Los resultados de este estudio prospectivo fueron publicados recientemente en la revista Journals of Gerontology: Series A Medical Science y dados a conocer por CIBER.
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