Continuación
Por Ayaibex Montás/SD
En la ciencia hay que incluir a la consciencia
Necesitamos analizar detenidamente la relación que hay entre la consciencia y la realidad material. Si lo que la física cuántica dice es cierto que el observador influye sobre lo observado, entonces la consciencia influye sobre la materia o sobre la realidad circundante.
Hay muchas pruebas de que la mente influye sobre la materia, por ejemplo, los experimentos de los generadores de los acontecimientos aleatorios (REG) centrados en la intención creados por Radin, donde se logra, con la intención de las personas, que se produzcan más bits uno que bits cero, en un rango de 200 bits (como tirar unos dados electrónicos).
También está las reacciones del agua a la conciencia, del científico Masaru Emoto donde se marcó botellas de agua con letreros de emociones y pensamientos positivos y negativos: el agua con mensajes positivos forma bellos cristales y el agua con mensajes negativos forma cristales feos y deformados.
He aquí la pregunta más importante que debemos hacernos ¿y si la mente es lo mismo que la materia?
¿ Y si el dualismo que es la forma de ver al mundo está errada y todo es uno?. Hay que recordar que el dualismo impregna a la ciencia:sujeto/objeto, arriba/abajo ciencia/espíritu, consciencia/realidad.
Lo que la física cuántica está demostrando es que la materia es información y que la información es luz, energía.
Ese replanteamiento del lenguaje no es algo fácil. Tenemos muy arraigado un determinado vocabulario para describir la realidad. El solo hecho de poner nombre a las cosas es una manera de limitarla.
Un replanteamiento es una forma distinta de estudiar los fenómenos y esto fue lo que intentó David Bohm, afirmando que es posible que el universo tenga una estructura holográfica. Eso significa que la información del universo completo se encontraría en cada una de sus partes. La teoría holográfica del universo ofrece una perspectiva nueva para acercarnos a comprender el orden y la organización del mundo físico. Habitualmente la ciencia trata de diseccionar los fenómenos hasta su parte más pequeña y estudiar los diferentes componentes. Un holograma nos dice que tal vez esta no es la mejor manera de acercarnos a la realidad, que tal vez mirando la totalidad nos resultará más fácil entenderla.
La explicación del biocampo
En el libro somos seres de luz, la científica española habla del biocampo que somos seres que se mueven en un campo y que afectamos el campo dependiendo de nuestros pensamientos y de nuestras emociones, la carga proviene de ahí, de la mente de cada uno de nosotros. Así, nos vamos moviendo creando y recargando nuestro propio campo personal que interacciona con el campo de la tierra, de cada uno de los planetas, de otros seres vivos, de todos los organismos.
Esta idea revolucionaria fue el planteamiento de su tesis, sustentado sobre los siguientes principios: “primeramente hay que tener en cuenta que un campo interactúa continuamente con el resto de los campos por superposición y por resonancia. La superposición nos permite «sumar» (o «restar», dependiendo de si la interferencia es constructiva o destructiva) ondas. La resonancia nos permite «activar» ondas si la frecuencia es la adecuada. Conecta con el principio de la no localidad de Aspect (1982) que existen partículas subatómicas que viajan más rápido que la luz, que se pueden interconectar o intercomunicarse sin importar la distancia.
Karl H. Pribram, neurofisiólogo de la Universidad de Stanford, afirma que nuestra mente también funciona como un holograma. Las impresiones y las memorias no están almacenadas en lugares concretos del cerebro, sino «dispersas» en patrones de impulsos neurales que se entrecruzan por todo el cerebro. Es una buena forma de explicar cómo es posible que se almacene tanta información en un órgano aparentemente «pequeño» y la facilidad con la que accedemos a la información guardada, lo efectiva que es nuestra memoria. Según la teoría holográfica, el ser humano (y cualquier otro ser) es un aparato receptor que se halla flotando en un mar inmenso de frecuencias y patrones de interferencias, del cual extrae una serie de informaciones que transforma en realidad física. Las dimensiones paralelas, los viajes en el tiempo y en el espacio, las regresiones a vidas pasadas, la telepatía... todos esos interrogantes de la ciencia ortodoxa cobran un nuevo significado en el paradigma del universo holográfico”.
Lo que importa ahora mismo es el descubrimiento del campo unificado porque un mundo dividido refleja un entendimiento dividido del universo y de la mente. Teorías como el biocampo nos acercan al nuevo paradigma.
Candace Pertz que descubrió la molécula de la emoción cambiando la visión de la química del cerebro plantea: “Si la mente habita en alguna parte, habita en cada célula del cuerpo. El cuerpo puede y debe ser curado a través de la mente. Hay una base de datos de remisiones de enfermedades y recuperaciones espontáneas en nuestra mente y, muy a menudo, está acompañado de una descarga repentina de emociones”.
No es que la ciencia sea la única forma de explicar la mente ni de abordar la vida. Sin embargo, piensa en todas las veces en que no hiciste algo porque podrías fracasar o estar equivocado. En ciencia, no existe el fracaso: un experimento tiene éxito, pues nos dice que la realidad no funciona de la forma en que hemos creído.
Tu realidad está conectada a tu mente. La separación es una ilusión de la percepción.
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