ESPAÑA.- La obesidad se ha convertido, según la Organización Mundial de la Salud, en una pandemia que se extiende a muchos países y ataca a muchas personas. ¿Y quiénes son los más vulnerables? Los niños.
La obesidad infantil debe ser tratada como una auténtica crisis de salud pública, ha afirmado con determinación en “El Busturí” Anabel Aragón, responsable de Nutrición y Salud de Nestlé, desde la “O” de Obesidad infantil en el Abecedario de la Nutrición.
Se trata de un problema de gran magnitud y enorme trascendencia, reafirma Aragón, en línea con la preocupación de expertos, instituciones y organizaciones sanitarias. La obesidad tienen importantes consecuencias: sociales, económicas, sanitarias; y debe abordarse desde que aparecen las primeras señales, sea a la edad que sea.
¿Cuándo se considera que un niño es obeso?
Para valorar la obesidad en la infancia existen diversos métodos, señala la nutricionista; se relacionan edad, sexo, peso y talla con el Índice de Masa Corporal, y se establece una comparación con tablas de percentiles específicas.
La obesidad es una enfermedad multifactorial, no hay una sola causa, suele iniciarse en la infancia y la adolescencia; contribuyen los factores genéticos, aspectos éstos que investiga la nutrigenómica, pero los hábitos alimentarios familiares y el estilo de vida son las causas más importantes, explica Anabel, quien precisa que una alimentación desequilibrada y una vida sedentaria son su caldo de cultivo.
Aragón remite al control del pediatra para combatir la obesidad y asegura que es más fácil de corregir cuanto antes se pongan los remedios. Pide la implicación de los padres a través de una buena alimentación para sus hijos y les ruega que prediquen con el ejemplo.
Una dieta equilibrada y controlada es la mejor terapia.
¿Hay trampas o medidas para esta dieta adecuada? Sí. No dejes las tentaciones alimenticias contraproducentes a la vista de los niños. Limita los artículos con azucares. Bollería y refrescos azucarados solamente en situaciones muy excepcionales.
No compres lo qué no deban comer. Ajusta la porción a su edad y utiliza platos pequeños. Que beban líquido y no se entretengan con juegos, videojuegos, tecnología y televisión.
El peligro físico de la gordura es la acumulación de grasa -adipocitos- qué vuelve a desarrollarse; en la temporada infantil, estas células se incrementen en exceso. Si se permite qué esto suceda, después resulta más difícil reparar el problema; nunca hay qué pensar “cuando crezca ya adelgazara”.
Obesidad, circunstancia de peligro para distintas enfermedades
La gordura infantil, contextualiza Anabel Aragón, es un circunstancia de peligro para otras enfermedades, según diabetes tipo 2, hipertensión o enfermedades del corazón, entre otras; estas enfermedades qué inclusive hace insuficiente parecían solamente de adultos, cada vez se presentan más en niños o jóvenes con sobrepeso u obesidad.
¿Y qué proceder para qué el muchacho coma de todo?
Primero, escucha al muchacho sobre la proporción qué anhela qué se le sirva, lo ideal es qué se autorregulen ellos.
Hay que alimentarse de forma consciente, en platos chicos y poca cantidad. Si quieren repetir, qué sea el primer plato y la fruta. El líquido a mano; hay qué permitir qué rechacen algún alimento; y no hay qué forzar a qué terminen el plato.
Es valioso alimentarse de forma relajada, no en menos de 30 minutos, pero qué el muchacho no se quede solamente para terminar el plato, y no hay que aprovechar nunca la alimento según recompensa: puede ser una lucro a corto plazo, pero no a largo, y además nada educativa.
Fuente: Dieta Plena
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