La reciente tragedia del suicidio de un joven residente de medicina en Colombia ha sacudido profundamente a la comunidad médica y nos obliga a reflexionar sobre la salud mental de nuestros futuros profesionales. Como presidenta de la Sociedad Dominicana de Psiquiatría, quiero destacar la importancia de que los residentes en medicina acudan a profesionales de la salud mental como un requisito primario en su formación.
Tras un análisis realizado en conjunto con nuestro equipo directivo entendemos que, la carga laboral de un programa de residencia médica es inmensa y, sin las herramientas adecuadas para enfrentarla, puede tener consecuencias devastadoras. Es esencial que nuestros residentes puedan procesar y asimilar este contrato desde el principio, desarrollando estrategias para equilibrar sus responsabilidades profesionales y personales.
• ¿Quién vela por la salud mental del residente de medicina?
• ¿Por qué tiene que ocurrir un hecho crítico que nos alerte sobre lo que cotidianamente se vive en silencio en los hospitales dominicanos?
• ¿Cuáles son las residencias en donde más este fenómeno es percibido?
El Colegio Médico Dominicano debe asumir el compromiso de revisar y dar seguimiento a la salud mental de nuestros residentes. Es fundamental que esta revisión esté en la agenda del Colegio para garantizar que nuestros jóvenes médicos reciban el apoyo necesario.
Es preocupante que en muchos de nuestros hospitales el sistema de enseñanza esté plagado de opresión, humillaciones, acoso laboral y personal. Estas situaciones, lamentablemente, son poco denunciadas por miedo a represalias, lo que perpetúa un ciclo de sufrimiento y silencio.
Además del Colegio Médico, instituciones como la universidad que avala el programa de residencias, el Ministerio de Educación Superior, Ciencia y Tecnología, y el Ministerio de Salud Pública deben constituirse en entes facilitadores de este proceso tan importante para nuestros médicos dominicanos.
Entendemos que el residente debe hacerse eco de esta información, entendiendo que en esta era de información, tecnología y recursos, no debemos continuar apegados a un sistema de enseñanza en el que prima la opresión psicológica y los castigos que conllevan abuso de poder y claro reflejo de las limitaciones de quien lo otorga.
La Sociedad Dominicana de Psiquiatría expresa su profunda preocupación por la salud mental de los médicos. No podemos permitir que nuestros futuros profesionales vean en el suicidio una salida a sus problemas. Debemos actuar ahora para crear un entorno más saludable y humano para todos nuestros residentes.
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