El virus respiratorio sincitial (VRS) es una infección que afecta el sistema respiratorio, especialmente los pulmones. Aunque suele presentar síntomas leves similares a un resfriado, puede causar complicaciones graves como bronquiolitis y neumonía, especialmente en poblaciones vulnerables. Se estima que alrededor de 64 millones de personas se ven afectadas por este virus anualmente a nivel mundial, con aproximadamente 160,000 fallecimientos asociados.
Durante la temporada de lluvias o invierno, el VRS es una de las principales causas de infecciones respiratorias en niños menores de cinco años, con mayor incidencia en los primeros meses de vida.
Los niños menores de dos años, personas con enfermedades crónicas, individuos con sistemas inmunitarios debilitados y adultos mayores son más susceptibles a desarrollar complicaciones graves por el VRS. Este virus puede ser contagioso hasta ocho días después del inicio de la infección, y en bebés y personas inmunocomprometidas, la propagación puede extenderse hasta por cuatro semanas.
Para prevenir y reducir el riesgo de contraer el VRS, se recomienda lavarse las manos con frecuencia, quedarse en casa cuando esté enfermo, evitar tocarse la cara sin lavarse las manos, limpiar y desinfectar superficies regularmente, no compartir utensilios si está enfermo. cubrirse al toser, usar mascarilla en caso de síntomas respiratorios, lavar los juguetes de los niños, limitar la exposición a multitudes y consultar a un médico si es necesario.
De acuerdo con estudios recientes, la tasa anual de impacto del VRS en la población adulta en general oscila entre 1% y 7% e incrementa entre 4% y 7% en adultos mayores y grupos de alto riesgo.
“El VRS es tan frecuente que tanto niños como los adultos pueden infectarse más de una vez. Por eso, en aquellas personas con más riesgo de complicación, resulta importante estar atentos a signos como fiebre, dificultad para respirar, sibilancias (pitido o silbido agudo al tomar aire) y color azulado en la piel, a manera de acudir al médico de inmediato para su atención”, comentó la doctora Monique Baudrit, directora médica de Pfizer Centroamérica y Caribe (CAC).
Otros síntomas más generales de una infección por VRS son la tos seca, nariz congestionada o que gotea, el dolor de garganta y de cabeza, así como los estornudos. En el caso de bebés muy pequeños, destacan la irritabilidad, dificultad para respirar y el cansancio inusual o la disminución de actividad.
La mayoría de las infecciones por virus respiratorio sincitial desaparecen, por sí solas, en un lapso de una a dos semanas y no existe un tratamiento en específico para estas; sin embargo, el médico puede prescribir alguna medicación para mejorar los síntomas. También, se sugiere beber suficiente líquido para evitar la deshidratación.
Por su parte, quienes desarrollen complicaciones como neumonía (infección de los pulmones), bronquiolitis (inflamación de las pequeñas vías respiratorias del pulmón), asma e infección del oído medio -mayoritariamente en bebés o niños pequeños-, podrán requerir estudios de laboratorio, radiografías y la evaluación médica para determinar el mejor proceder en aras de contribuir con la mejoría del paciente.
El virus respiratorio sincitial se transmite mediante el aire, al toser y estornudar, así como por contacto directo con la persona o superficie u objeto que tenga el virus.
En la línea de prevención del VRS, también destacan limpiar y desinfectar las superficies que se tocan constantemente, no compartir utensilios u otros elementos si se está enfermo, cubrirse la boca y nariz al toser, el uso de mascarilla en caso de síntomas de una infección respiratoria, lavar los juguetes de los niños de forma regular, limitar la exposición a aglomeraciones y siempre consultar al médico.
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