SANTO DOMINGO.- Nuestra especialista en nutrición y colaboradora, Ana Laura Cattaneo realizó este interesante artículo sobre los edulcorantes artificiales, su uso en la pérdida de peso y como sustitutos del azúcar.
La utilización de edulcorantes en los planes de alimentación hipocalóricos es una práctica y recomendación muy extendida por parte de nutricionistas en todo el mundo. Muchos de los pacientes incluso se acostumbran tanto al sabor que siguen empleándolos para endulzar preparaciones culinarias en sus dietas de mantenimiento. Sin embargo, llaman poderosamente la atención los resultados publicados en la revista Scientific American en este mes sobre mencionados edulcorantes.
El universo de los edulcorantes es muy amplio, existen los de origen natural como la esteviosa, fructosa, y los artificiales tales como sacarina monosódica, ciclamato, aspartamo, sucralosa, sorbitol y la lista sigue. Algunos son metabólicos sintetizados en laboratorios, otros son sustancias encontradas en la naturaleza las cuales se alteran químicamente para no ser absorbidos por el intestino. Y aunque se utilizan en planes hipocalóricos porque no tienen calorías, un estudio publicado en la revista Cell Metabolism postula que el consumo de estos, simula un estado de hambruna para el cerebro provocando buscar más energía mediante la ingesta de más comida.
Resultado súper controversial, porque justamente se prescriben los edulcorantes artificiales para acompañar planes de bajas calorías donde se espera bajar la ingesta actual del paciente, obviamente no se quiere que se desarrolle la necesidad de comer más cantidad de alimento! El estudio realizado en Australia, por la Universidad de Sidney en colaboración del Instituto Galván de investigación médica, utilizaron dos grupos controlados de moscas de la fruta, que alimentaron con levadura y sacarosa a un grupo y al otro sucralosa (el famoso y muy comercializado edulcorante de sobre amarillo). El resultado fue que el grupo alimentado con edulcorante consumió un 30% más calorías que el grupo que ingirió azúcar normal. Luego de par de días de retirarle el edulcorante, el consumo calórico de estos insectos volvió a bajar a los niveles normales usuales. Además se descubrió un aumento en la sensibilidad al azúcar, es decir mayor preferencia o avidez por esta al consumir edulcorante. Sumado a esto, encuentran que los compuestos de la sucralosa interfieren con una interacción entre insulina, neuronas gustativas y circuitos de recompensa del cerebro, que lleva a buscar al organismo alimentos hipercalóricos cuando los nutrientes son pocos.
Los responsables de este estudio también han ensayado la respuesta en ratones, hallando resultados similares. Aún falta mucho por investigar para poder extrapolar esa data a los seres humanos. Sin embargo, si es de remarcar que la sucralosa es uno de los edulcorantes más usados también en los productos dietéticos, tales como refrescos, barras energéticas ligth, suplementos alimenticios entre otros. También existe otro estudio publicado en Nature en 2014 que descubren que la microbiota intestinal resulta alterada negativamente al utilizar sucralosa y otra investigación del 2016 informa que la sucralosa podría alterar el proceso de absorción de la azocar nomas y otros discaridos.
En conclusión, aunque es muy pronto descartar su uso y recomendación si es importante abrir los ojos y prestar atención a los nuevos reportes sobre el tema y tal vez controlar la cantidad de sucralosa en la dieta para no abusar de su utilización o no utilizarlo cuando no sea necesario.
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