El IDIBELL, el Hospital Universitario de Bellvitge (HUB) y el Instituto Catalán de Oncología (ICO) han liderado un estudio europeo, publicado en European Journal of Neurology, que presenta una herramienta innovadora para evaluar la neuropatía periférica inducida por la quimioterapia (CIPN). Este efecto adverso lo sufren cerca del 40% de los pacientes que reciben tratamientos citostáticos neurotóxicos, utilizados en primera línea y en recaídas de cánceres especialmente frecuentes como los de mama, colon, ginecológicos, pulmón y tumores de cabeza y cuello.
El estudio, liderado por el Dr. Jordi Bruna, neurólogo y líder del grupo de investigación en Neurooncología del IDIBELL, el HUB y el ICO, ha desarrollado una escala práctica que integra tanto la valoración médica objetiva como la calidad de vida reportada por los pacientes. Esta nueva herramienta permite una evaluación más completa y precisa de la toxicidad neurológica asociada a la quimioterapia, lo que resulta clave para tomar decisiones terapéuticas durante los tratamientos.
«La gran ventaja de este sistema es que incorpora la percepción del paciente, un aspecto que hasta ahora las escalas médicas no tenían en cuenta de forma adecuada», explica el Dr. Bruna. Esta integración es esencial para evitar discrepancias entre lo que los pacientes experimentan y lo que reflejan las evaluaciones médicas. Esto puede tener consecuencias importantes en la continuidad o modificación de los tratamientos y, por tanto, en las probabilidades de éxito de éstos, y al mismo tiempo impacta en la calidad de vida de los supervivientes al cáncer.
El estudio, desarrollado en colaboración con varios centros europeos, subraya la necesidad de una evaluación más precisa para ajustar los tratamientos oncológicos y evitar efectos adversos crónicos que podrían afectar negativamente a los pacientes que superan un cáncer.
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