Un equipo internacional liderado por el Instituto de Biomedicina de Valencia (IBV), del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), ha publicado en Nature Communications el análisis más detallado hasta la fecha sobre los mecanismos genéticos que permiten al Staphylococcus aureus, la bacteria más común del estafilococo, adaptarse a los seres humanos. Este descubrimiento podría revolucionar la prevención y tratamiento de infecciones causadas por este microorganismo.
El estudio incluyó el análisis genético de más de 7,000 muestras de S. aureus provenientes de 1,500 personas portadoras. Por primera vez, se investigaron cambios genéticos directamente en bacterias colonizadoras, dejando atrás los enfoques tradicionales basados en cultivos de laboratorio.
Francesc Coll, investigador principal del CSIC, destacó la relevancia de esta aproximación: “Hemos identificado cambios genéticos que permiten a la bacteria sobrevivir y persistir en el cuerpo humano, lo que nos da claves sobre su biología y adaptación”.
Los investigadores descubrieron que el metabolismo del nitrógeno desempeña un papel crucial en la colonización humana. También identificaron mutaciones genéticas que influyen en la interacción de la bacteria con células humanas y el sistema inmunológico.
El estudio observó que en ciertos casos, S. aureus desactiva sistemas de regulación que controlan factores de virulencia, posiblemente para evadir el sistema inmunológico o aprovechar los recursos secretados por otras células bacterianas.
El análisis también mostró cómo S. aureus desarrolla resistencia a antibióticos como el ácido fusídico, la mupirocina y la trimetoprima. Estas mutaciones no solo se comprobaron en el laboratorio, sino que resaltan la amenaza global de las bacterias resistentes a antibióticos, catalogadas por la Organización Mundial de la Salud como uno de los mayores retos de la humanidad.
Este estudio ofrece una base científica sólida para mejorar el diagnóstico, tratamiento y prevención de infecciones causadas por S. aureus. Según Coll, “comprender cómo estas bacterias responden a los tratamientos puede ayudar a diseñar nuevas estrategias terapéuticas y diagnosticar con mayor precisión”.
Además, los hallazgos podrían contribuir al desarrollo de vacunas al identificar antígenos clave que el sistema inmunitario reconoce, permitiendo una protección más eficaz contra esta bacteria.
El estudio subraya la importancia de abordar la evolución bacteriana en su entorno natural para entender cómo las bacterias persisten y se adaptan en el cuerpo humano. Los investigadores esperan que estos descubrimientos allanen el camino para un uso más racional de los antibióticos y el diseño de terapias más efectivas, marcando un paso decisivo en la lucha contra las infecciones bacterianas resistentes.
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