SANTO DOMINGO. - La hipertensión arterial (presión arterial alta) se define como la elevación sostenida de los niveles tensionales sistólicos y diastólicos por encima de 140/90 mmhg. A nivel mundial es una de las causas más importantes de muerte por enfermedad cardiovascular a pesar de ser el principal factor de riesgo modificable.
A escala mundial se estima que causa 7,5 millones de muertes lo que supone el 12,8% del total de las defunciones. La reducción de la presión arterial sistólica (PAS) y de la presión arterial diastólica (PAD) a niveles inferiores a 140/90 mm Hg se asocia con una disminución de las complicaciones cardiovasculares.
Esquemáticamente, el riñón controla el volumen de líquido intracelular (dentro de las células) y el balance externo de sodio (sal), modificando su eliminación por la intermediación de diferentes mecanismos, como son el aumento del tono vascular provocado por la presión arterial alta, la liberación por el organismo de sustancias que promueven el acúmulo de sal y que finalmente se traducirá en cambios en la volemia (cantidad total de sangre circulante) y en la capacidad de expulsión de sangre por el corazón. Por otro lado, el riñón produce sustancias con capacidad
Vasoactivas (capacidad de producir disminución o aumento de la luz de los vasos) como renina, endotelina, prostaglandinas, óxido nítrico entre otras, y también es órgano efector de sustancias y hormonas como arginina vasopresina, aldosterona o péptido natriurético atrial, lo que explica que alteraciones a nivel de los riñones pueden causar la hipertensión arterial.
La hipertensión no tratada puede causar daños a los riñones. La hipertensión y sus cambios son especialmente dañinos para los vasos sanguíneos más pequeños en los riñones, que participan en el sistema de filtración renal (nefroesclerosis).
La afección renal que provoca la hipertensión arterial se caracteriza por la alteración en la regulación del equilibrio de líquidos y se produce una acumulación de residuos metabólicos (desechos tóxicos) en el organismo, lo que se conoce con el nombre de insuficiencia renal. Además, debido a los daños en el sistema de filtración, los riñones ya no podrán retener sustancias, como determinadas proteínas (albúmina), que también son importantes para el organismo. Por tanto, se incrementa su eliminación por la orina (microalbuminuria o macroalbuminuria/proteinuria)
Las recomendaciones para cuidar los riñones en los pacientes hipertensos como no hipertensos son las siguientes:
1. Mantenga su peso en un nivel normal comiendo frutas. verduras, cereales y lácteos descremados.
2. Limite su ingesta de sodio (sal). Controle las tablas nutricionales en los paquetes de los alimentos para saber cuánto sodio está usted ingiriendo.
3. Haga mucho ejercicio físico, lo cual significa al menos 30 minutos de actividad moderada, tal como caminar, la mayor parte de los días de la semana.
4. Evite beber mucho alcohol. Los hombres deberían beber sólo 2 copas por día y las mujeres sólo una copa por día.
5. Limite su ingesta de cafeína (tal como café y refrescos).
Autor: Dra. Marlene Núñez Rodríguez
Especialidad: Cardióloga-internista
Instituto Medico Diagnóstico
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