SANTO DOMINGO. - La depresión es una enfermedad frecuente en todo el mundo y pertenece al grupo de los llamados trastornos del estado de ánimo. La depresión se puede describir como el hecho de sentirse triste, melancólico, infeliz, abatido o derrumbado. La mayoría de nosotros se siente de esta manera de vez en cuando durante períodos cortos. La depresión clínica es un trastorno del estado anímico en el cual los sentimientos de tristeza, pérdida, ira o frustración interfieren con la vida diaria durante un período de algunas semanas o más.
La OMS ha estimado que es la principal causa mundial de incapacidad laboral y contribuye de forma importante a la carga mundial general de morbilidad. Se calcula que afecta a más 300 millones de personas en el mundo y más del 4 por ciento de la población mundial padece depresión y las mujeres, los jóvenes y los adultos mayores son los más proclives a sus efectos incapacitantes. En Latinoamérica, Brasil es el país que más casos de depresión sufre: un 5,8% de prevalencia; seguido de Cuba (5,5%); Paraguay (5,2%); Chile y Uruguay (5%); Perú (4,8%); Argentina, Colombia, Costa Rica y República Dominicana (4,7%).
¿Cuál es el sexo y la edad más frecuente?
Afecta más a las mujeres que a los hombres, esto se debe a los efectos del parto, factores estresantes psicosociales y cambios hormonales. La edad más frecuente de aparición es de 20-50 años con una media de 40 años, pero puede afectar cualquier rango de edad (Niños, adolescentes, adultos y adultos mayores).
¿Cuáles son los grupos más vulnerable?
Los expertos han definido que en personas de 18 años y más, quienes tienen mayor riesgo de sufrir depresión son: personas con historia previa de episodio depresivo; personas con historia familiar de depresión; personas con problemas psicosociales (pérdida del empleo, separación conyugal, privación de la libertad, ser habitante de calle); eventos vitales estresantes; abuso y dependencia de sustancias incluidos alcohol y cigarrillo; personas que consultan a menudo al sistema de salud; quienes tengan enfermedades médicas crónicas, especialmente, cuando hay compromiso de la funcionalidad (enfermedad cardiovascular, diabetes, las que involucran dolor crónico y trastornos neurológicos); personas con otros trastornos psiquiátricos (trastornos de ansiedad, trastornos de personalidad); quienes pasan por cambios hormonales (embarazo, postparto y menopausia); personas con historia de intentos de suicidio.
¿Cuál es la etiología de la depresión?
La etiología de la depresión es multifactorial, es decir que interactúan varios factores a la vez para que se desarrolle el trastorno, entre los factores involucrados están:
Factores biológicos: Se habla de un desequilibrio neuroquímico en los neurotransmisores (Serotonina, Noradrenalina, Dopamina entre otros) y alteración de la regulación hormonal.
Los Factores genéticos: Tienen cierta importancia en la patogénesis de los trastornos del estado de ánimo. La herencia tiene un rol importante por lo que se dice que si uno de los padres padece la enfermedad hay una probabilidad de un 10-25%, si son ambos padres este porcentaje aumenta el doble a 50-75% y entre más familiares de primer grado estén afectados más es la probabilidad de padecer una depresión.
Factores psicosociales: Situaciones vitales y estrés ambiental muerte de uno de los padres antes de los 11 años, perdida del conyugue y desempleo son factores de vulnerabilidad.
¿Cuáles son los síntomas que una persona puede presentar?
No todas las personas con depresión padecen los mismos síntomas. La gravedad, frecuencia, y duración de los síntomas pueden variar según la persona y su enfermedad en particular, por lo menos debe tener dos semanas consecutivas de evolución y que se caracteriza por la presencia de al menos uno de dos síntomas principales: humor depresivo o disminución del interés, o placer en todas o casi todas las actividades. Este se debe acompañar de al menos cinco o más de los siguientes síntomas: perdida o ganancia significativa de peso, insomnio o hipersomnia, agitación o desinhibición psicomotriz, fatiga o perdida de energía, sentimientos de marcada desesperanza o de culpa inapropiada con la realidad, disminución en sus capacidades cognitivas (memoria, atención y concentración) y pensamientos recurrentes de muerte, acompañados de ideas suicidas y en peor de los casos intento suicida o suicidio consumado.
¿Cómo se hace el diagnóstico?
El diagnóstico de la depresión se basa en la adecuada valoración clínica de los síntomas que presenta el paciente por un especialista en salud mental. Es elemental que el paciente y sus familiares conozcan la importancia de que el médico disponga de toda la información relevante sobre la clínica y la evolución del paciente para que pueda emitir un diagnóstico adecuado a partir del cual se trazará el plan terapéutico pertinente. También se deben realizar pruebas complementarias para descartar que no sea atribuible a otra afección médica y finalmente se pueden aplicar escalas para determinar la intensidad de los síntomas.
¿Cómo se trata la depresión?
Una vez que se realiza el diagnóstico de depresión, aunque esta se encuentre asociada a enfermedades graves o situaciones ambientales estresantes como desencadenante, no son motivo para que el paciente no reciba tratamiento. Se debe incluir en el tratamiento un antidepresivo (por ejemplo: escitalopran, sertralina, fluoxetina, paroxetina, duloxetina, entre otros) en depresiones moderadas o graves, por otro lado, también se puede utilizar la psicoterapia en episodios leves o considerar ambas a la vez, la combinación de estas se ha demostrado que resulta más eficaz que por separado, y en los casos más graves se puede utilizar la terapia electroconvulsiva. Los objetivos principales del tratamiento son: reducir o eliminar signos y síntomas, reducir las recaídas, riesgo de recurrencias y restaurar el funcionamiento previo del paciente.
¿Cuáles son las consecuencias funcionales de la depresión?
Muchas de las consecuencias funcionales de la depresión provienen de los síntomas individuales. El deterioro puede ser ligero, de modo que muchas personas que interactúan con los individuos afectos no son conscientes de los síntomas depresivos. Sin embargo, el deterioro puede llegar hasta la incapacidad completa, de modo que el paciente deprimido va a ser incapaz de atender sus necesidades básicas de autocuidado.
¿Que otras repercusiones tiene la depresión en la vida del paciente?
Otras repercusiones que puede producir la depresión es que los pacientes tienen más dolor, enfermedades físicas y disminución del funcionamiento en las áreas físicas, social y personal. El impacto que genera esta enfermedad desde el punto de vista de salud pública es que causa importantes costes personales y sociales, como también en la utilización de los servicios de salud para el tratamiento de otros problemas médicos y se incrementan los costes en hospitalización, por lo que debe haber mejores políticas de salud para la prevención y detección temprana de esta importante patología.
¿Cómo puedo ayudar a un amigo o familiar deprimido?
Si conoce a alguien que está deprimido, esto también le afecta a usted. Lo primero y más importante que puede hacer para ayudar a un amigo(a) o familiar con depresión es ayudarlo(a) a conseguir un diagnóstico y tratamiento adecuados. Tal vez necesite pedir una cita a nombre de su amigo(a) o familiar y acompañarlo(a) a ver al médico. Anímelo(a) a no abandonar el tratamiento o a que busque un tratamiento diferente si no se ven mejorías al cabo de seis a ocho semanas.
Recuerde: la depresión se puede tratar. Si cree que tiene depresión, pida ayuda.
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