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Antecedentes del peso podrían predecir riesgo de insuficiencia cardiaca

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Al analizar la información de más de 6.000 personas, investigadores de Johns Hopkins Medicine llegaron a la conclusión de que preguntarle a pacientes adultos mayores sobre cuál era su peso a los 20 y 40 años de edad podría ser realmente útil para los médicos en sus esfuerzos por predecir el futuro riesgo de los pacientes de sufrir insuficiencia cardiaca, ataques cardíacos o accidentes cerebrovasculares.

Los investigadores explicaron que la pregunta sobre el peso en años más jóvenes posiblemente sea una «indagación» rentable y muy útil que a lo mejor ayude a los médicos a determinar cómo asesorar y dar tratamiento a sus pacientes de mayor edad. Preguntar sobre los antecedentes previos de peso en la vida de una persona proporcionó información para pronosticar su riesgo de insuficiencia cardiaca, el cual incrementó a medida que incrementaban sus pesos a mayores edades y los valores de otros factores de riesgo conocidos de la enfermedad cardiaca.

Para el estudio, los investigadores utilizaron datos previamente recolectados sobre 6.437 participantes en el Estudio Multiétnico de Aterosclerosis (MESA) reclutados entre los años 2000 y 2002; tenían de 45 a 84 años de edad al momento de inscribirse en el estudio. Los participantes recibieron seguimiento durante 13 años, en promedio, y vivían en seis comunidades de Estados Unidos: Baltimore, Maryland; Chicago, Illinois; Condado de Forsyth, Carolina del Norte; Ciudad de Nueva York, Nueva York; Condado de Los Ángeles, California; y St. Paul, Minnesota. La edad promedio al iniciarse el estudio fue de 62 años. Casi 53 por ciento de los participantes eran mujeres. Aproximadamente 39 por ciento de ellas era blancas, más de 26 por ciento eran afroamericanas, 22 por ciento eran hispanas y un poco más de 12 por ciento eran chinoamericanas.

Cada participante contestó a una encuesta que les pedía informar su peso a las edades de 20 y de 40 años. Todos los datos de peso se convirtieron a índices de masa corporal (IMC) dividiendo el peso por la talla elevada al cuadrado. Un IMC inferior a 25 kilogramos por metro cuadrado se consideró normal, entre 25 y 30 se consideró sobrepeso (o preobesidad) y 30 o superior se consideró obesidad. Al final de la última visita de todos los participantes, 290 personas habían presentado insuficiencia cardiaca, y 828 presentaron eventos indicativos de enfermedad cardiovascular, como ataques cardíacos, accidentes cerebrovasculares o la muerte.

Como es de esperarse, expresó la doctora Erin Michos, M.D., M.H.S., profesora titular de medicina en la Facultad de Medicina de la Universidad Johns Hopkins, las mediciones estándar de peso registradas en las visitas clínicas durante el período de estudio de 13 años se relacionaron con el riesgo futuro de insuficiencia cardiaca.

Se identificó un incremento de 34 por ciento de probabilidad de insuficiencia cardiaca por cada incremento del IMC de 5 kilogramos por metro cuadrado, después de tener en cuenta otros factores de riesgo conocidos de enfermedad cardiaca, como la edad, el tabaquismo, la actividad física, la presión arterial y la diabetes. Pero más tarde, su equipo de investigadores descubrió que aún después de tener en cuenta estas mediciones de pesos actuales a mayores edades, el tener antecedentes de obesidad a la edad de 20 años se asoció a un riesgo de más del triple de insuficiencia cardiaca y el tener antecedentes de obesidad a los 40 años duplicó ese riesgo en comparación con aquellas personas que tenían un IMC normal a esas mismas edades.

La doctora Michos apuntó que el nuevo estudio fue concebido para analizar las asociaciones entre los pesos durante toda la vida facilitados por los pacientes y el riesgo de enfermedad cardiaca a lo largo del tiempo, y no para determinar causa y efecto ni para tratar de determinar la exactitud del recuerdo de los pacientes sobre su peso cuando eran más jóvenes. La información facilitada por los pacientes puede traer como resultado sesgos o recuerdos imperfectos, pero los investigadores creen que la mayoría de adultos mayores tienen recuerdos razonablemente exactos de cuánto pesaban cuando eran adultos jóvenes. Los hallazgos de su estudio insinúan que aún con estas limitaciones conocidas respecto al recuerdo del peso, sencillamente preguntar sobre los antecedentes de peso sirvió de ayuda para la evaluación del riesgo.

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