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Cibercondría, obsesión enfermiza por la salud en internet

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La inclusión de las nuevas tecnologías de información y comunicación (TIC) en el ámbito sanitario está suponiendo una auténtica revolución en Sanidad. Internet es una fuente de información de muy fácil acceso que con los años ha ido adquiriendo un mayor protagonismo en la difusión masiva de contenidos de salud. En este contexto, la cibercondría supone un riesgo para el bienestar.

Seis de cada 10 internautas utilizan Internet para informarse sobre salud y el 85% acude a esta red informática como primera y única opción.

Hipocondría 2.0.

La hipocondría es una preocupación extrema por la salud, de carácter patológico. Su característica esencial es el miedo a padecer, o la convicción de tener, una enfermedad grave, autodiagnosticada a partir de la interpretación errónea de unos síntomas.

El cibercondriaco es, pues, un hipocondríaco adaptado al entorno digital.

Su obsesión por su estado de salud sigue siendo la misma, lo único que difiere es la forma en que la manifiesta.

En el caso de los cibercondríacos, sacian esta insatisfacción incrementando las búsquedas por Internet con el riesgo de caer en un círculo vicioso.

Ante esta situación, han surgido nuevas iniciativas que apuestan por aunar las nuevas tecnologías y la asistencia sanitaria. Aunque las consultas por Internet y el uso de nuevas aplicaciones no deberían sustituir, en ningún caso, la relación médico-paciente tradicional, pueden resultar beneficiosas como complemento, proporcionando al internauta asistencia inmediata e información de calidad.

Médico – paciente: una relación a distancia

Con la llegada de aplicaciones como MediQuo, que actualmente tiene 200 mil usuarios, 59 mil activos mensualmente, la relación entre el médico y su paciente ha pasado de ser distante a ser a distancia.

“Actualmente tenemos a 105 profesionales atendiendo a unas 60 mil consultas médicas al mes. Hay conversaciones que duran un día, semanas o meses. Además, el médico puede estar atendiendo a varios chats a la vez, con lo cual el paciente no se queda con la sensación de que le han cortado”, explica Guillem Serra.

En el caso de esta aplicación, el perfil del paciente se corresponde con los datos que vimos al principio: el 70% de las pacientes de MediQuo son mujeres de entre 25-40 años que, en su mayoría, buscan asistencia en temas de medicina general, ginecología, psicología y nutrición.

“Hay un tema de intimidad muy curioso. La gente se abre más por chat porque sienten que no están tan expuestos y esto facilita una mejor relación entre el profesional y el paciente. El anonimato y la sensación de formar parte de mini-comunidades moderadas y gestionadas por profesionales han resultado ser la clave y ha sido una sorpresa muy agradable”, concluye Guillem Serra.

Fuente Efesalud

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