Para que los enfermos renales crónicos, especialmente los que se dializan, puedan mantener un buen estado de salud y realizar sus actividades cotidianas deben tener una alimentación adecuada, por eso necesita asesoramiento nutricional y seguir la recomendación de una dieta equilibrada con características especificas.
Para mejorar la vida de los pacientes renales crónicos, la Fundación Alicia y la compañía farmacéutica Vifor Fresenius, especializada en nefrofología, han colaborado en el diseño de una pirámide que pone especial énfasis en el control de proteínas, fósforo, potasio y sodio, a la vez se recomienda tener una vida activa.
Las cuatro caras de esta pirámide están compuestas, en primer lugar por una alimentación saludable, con una dieta equilibrada compuesta por los alimentos más recomendables como las frutas y verduras en la base y los de menos consumo como las sales en la cima.
La segunda cara se refiere a los alimentos en función de su contenido en potasio, y se representa en esa pirámide con los colores de un semáforo que ayudan a limitar los alimentos con el fin de reducir el potasio y las técnicas para preparar y cocinar frutas y verduras.
La tercera cara es la de alimentos en función de su contenido en fósforo, que al contrario que el potasio, el fósforo es un mineral difícil de reducir a través de los diferentes métodos de manipulación y cocción de los alimentos. La excesiva ingesta de fósforo en el paciente renal se relaciona con el desarrollo de enfermedades como la arteriosclerosis y el hiperparatiroidismo.
Dependiendo del origen del alimento, la biodisponibilidad o asimilación por el organismo es diferente. En el caso del fósforo de origen vegetal, la biodisponibilidad es menor, mayor en el fósforo de fuente animal, mientras que el de los aditivos, la absorción es casi del 100%, siendo la peor fuente. Se recomienda evitar consumir, de mayor a menor, alimentos procesados, carnes, lácteos, frutos secos y legumbres.
La cuarta y última cara es la de realizar actividad física, ya que debido a la enfermedad y al tratamiento médico de los enfermos renales, su actividad física disminuye. Por ello, se aconseja a los pacientes realizar una actividad física moderada, practicando ejercicios aeróbicos de forma rutinaria. Sin embargo, son los profesionales son los que deben recomendar la dieta y el ejercicio adecuado en función de la situación de cada paciente.
Fuente: Efe Salud
fecha: