Artículo del doctor Miguel Santos.
El ejercicio de la Auditoría Médica en el país, aunque de reciente aplicación legal a través de la Resolución 00129-2017 de la SISALRIL (actualmente suspendida hasta que el CNSS emita su veredicto) no escapa a ciertas virtudes que la hacen merecedora de que sea bien acogida por todas las áreas donde ejerce influencia.
Un Auditor Médico responsable posee las siguientes cualidades:
1. Empático; con una gran capacidad de escuchar todos los argumentos y luego los coloca en una balanza para tomar la mejor decisión para los involucrados en el proceso.
2. Imparcial; conforme a la justicia establecida para tales fines y aun en ocasiones, contra sus propios intereses.
3. Capaz; con entrenamiento para tales fines, por lo tanto, debe conocer y manejar las herramientas que le son de su área de dominio, tales como leyes, políticas, protocolos de atención, resoluciones, normas y reglamentos del sistema de salud del país y de la Institución a la cual sirve.
4. Disciplinado; para dirigir y ser dirigido en la búsqueda continua y permanente del orden del sistema y su organización.
5. Ético; cumpliendo con normas de conducta que le permitan ser ante la sociedad un referente de moral, viviendo con acciones coherentes con su pensamiento y oratoria.
6. Metódico; utilizando estrategias y herramientas que le sean útil para alcanzar el objetivo esperado.
7. Confiable, relacionado a la confianza que inspira basado en sus actuaciones previas.
8. Discreto; con las informaciones que maneja, pues en sus manos está el acceso a conocer los aspectos de salud de la población que audita.
9. Respetuoso; en su área de desempeño y como ente social.
10. Objetivo; que su opinión esté basada en hechos y en evidencias disponibles, suficientes, verificables y convincentes que puedan demostrar la realidad del caso.
11 Leal; sin engaños ni traiciones a sus propios principios y valores, así como a la empresa para la que trabaja como al auditado.
12. Conocedor de sí mismo; estar consciente de sus fortalezas y debilidades, de esta manera admitiendo ante sus superiores la impericia en determinado campo de la medicina o de la ofimática.
13. Cortez en el trato; es necesario que sea amable para comunicar las recomendaciones al auditado, separando las vidas profesionales de las personales.
14. Líder; está consciente de que no trabaja solo, que es un trabajo en equipo, por lo tanto, al ejercer un liderazgo efectivo potenciará las habilidades de los demás integrantes de los equipos internos y externos. Con la firme convicción de que realizará todos sus esfuerzos por dar la mejor calidad en el trabajo que realice.
15. Visión integral del proceso; que entienda cuál es el impacto y las consecuencias que ocurren en los demás actores cuando emite una decisión, por ello es importante que reflexione, medite y actué en consecuencia.
16. Analítico; además de emitir el informe de los hallazgos de la auditoría, propone oportunidades de mejora tanto al auditado como al cliente de la auditoría, lo cual lo pondrá en otro plano en cualquier organización, analizando lo ocurrido sin buscar culpables, sino con un enfoque en obtener soluciones que eviten la ocurrencia del mismo evento.
Cuando se trata del ejercicio de la auditoría desde el punto de vista institucional, todo el liderazgo de los Departamentos de Auditoría está en la obligatoriedad de ser la punta de lanza que con su ejemplo guie al resto del equipo de auditores médicos a cumplir estas cualidades.
En adición a estas cualidades, una de las más importantes y es la que ha causado en nuestro país cierto grado de conflicto entre los médicos y los centros, es el hecho de que se propugna que sea un ente centrado en el cambio para que mejoren los servicios de salud para nuestra población.
En fin, un cambio de paradigma en el sector salud es una solicitud a voces, por lo que, si todos jugamos el rol que nos corresponde, podemos hacer un mejor país para cada miembro de nuestra sociedad.
Aristóteles muestra en “Ética a Nicómaco”, que la virtud humana no puede ser ni una facultad ni una pasión sino un hábito. Que sea un hábito quiere decir que aparece no por naturaleza sino como consecuencia del aprendizaje, y más exactamente de la práctica o repetición. La práctica o repetición de una acción genera en nosotros una disposición permanente o hábito ―de ahí que la tradición aristotélica hable de una segunda naturaleza para referirse a los hábitos― que nos permite de forma casi natural la realización de una tarea. Los hábitos pueden ser buenos o malos; son hábitos malos aquellos que nos alejan del cumplimiento de nuestra naturaleza y reciben el nombre de vicios, y son hábitos buenos aquellos por los que un sujeto cumple bien su función propia y reciben el nombre de virtudes.
En general llamamos virtud a toda perfección de algo.
Todo esto y más lo puede hacer un Auditor Médico Responsable velando cada día por la mejoría de los procesos de gestión en cualquier organización en que se desenvuelva para el bienestar de todos los actores del sistema, pero esencialmente centrado en la parte más importante del sistema: el usuario de los servicios de salud.
El lema de un Auditor Médico Responsable sería, hacer lo correcto correctamente para prevenir errores futuros.
Un Auditor no sólo ve al mundo, lo cambia.
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