Desarrollar dispositivo bioartificial capaz de apoyar a pacientes con falla hepática es un objetivo ambicioso en el que trabajan diferentes grupos de Investigaciones en el mundo.
María Dolores Pizarro, quien es becaria posdoctoral del CONICET radicada en la Universidad Nacional de Litoral (UNL) a partir del año 2016, fue la ensayista de diferentes diseños posibles para un hígado bioartificial a escala de laboratorio.
Fué a partir de una serie de experiencias, que Pizarro junto a otros investigadores del Centro Binacional de Criobiología clínica y Aplicada (CAIC), pudieron optimizar el diseño de un dispositivo que incluye fragmentos de tejido de hígado, denominados microorganos.
Un órgano bioartificial es caracterizado por combinar dos tipos de materiales: por un lado hay un componente biológico que pueden ser células o tejidos y, por el otro, un biorreactor, es decir un espacio artificial, diseñado específicamente para que ese tejido pueda realizar las funciones que se desean y tengan lugar los procesos.
Según Pizarro, el dispositivo que se había diseñado en el laboratorio tenía
forma de cilíndrica que mostraba un desempeño con células aisladas. Pero que, cuando empezaron a trabajar con microorganismos notaron que no lograban la detoxificación del amonio.
Destacó, que utilizar cortes de hígado era un interés no solo porque mantienen estructuras del órgano, sino también, porque podría facilitar la obtención del componente biológico evitando el aislamiento del componente de células.
Detalló, que la experiencia con microorganismos mostraron que, al ser evaluados en medio de cultivos, estos tejidos eran capaces de desintoxicar la sangre, por lo que los investigadores optaron por probar con otra arquitectura para el dispositivo. Se formó un nuevo diseño con una base plana, y se adaptó y se construyó un nuevo sistema y se pudo notar que con esta arquitectura los microorganismos cumplían su función.
Aclaró, que el amonio es aquel que se acumula en la sangre de las pacientes con falla hepática, que puede traspasar la barrera encefálica y causar encefalopatía encefálica. Esto es un grave riesgo para los pacientes, ya que las consecuencias pueden ser graves e incluso letales y de ahí es el interés de lograr una adecuada desintoxicación de la sangre.
Fuente: UNL/DICYT.
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