El laboratorio de Control Translacional del Ciclo Celular y Diferenciación del IRB Barcelona, dirigido por el investigador ICREA Raúl Méndez, publicada en la revista Science Advances, un trabajo que ha permitido identificar un factor clave en la formación de tumores luminales de mama. Los tumores luminales se caracterizan por expresar receptores de estrógeno y representan el subtipo más frecuente de cáncer de mama.
La glándula mamaria es el único órgano de nuestro cuerpo que experimenta su mayor desarrollo tras el nacimiento, en función de fluctuaciones en los niveles de hormonas. Esto la convierte en un buen modelo para investigar el proceso de diferenciación celular, así como los mecanismos que gobiernan la progresión del cáncer de mama.
Como explica Raúl Méndez: «Históricamente se ha estudiado en gran profundidad cómo las hormonas regulan el desarrollo de la glándula mamaria a nivel transcripcional, es decir, la síntesis del ARN mensajero a partir del ADN. En trabajos previos de nuestro grupo habíamos descubierto que los factores denominados CPEBs regulan el siguiente paso, la traducción de ese ARN mensajero a proteína. Este proceso es esencial en el desarrollo del embrión y se desregula en la formación de otros tumores, como por ejemplo el de páncreas».
El equipo investigador del IRB Barcelona ha constatado que CPEB2 es esencial para la síntesis de proteínas, tras la estimulación hormonal, que controlan tanto el correcto desarrollo de la glándula mamaria como la formación de tumores luminales de mama.
Para ello, en el estudio se generaron nuevos modelos de ratón en los que se ha inactivado cada uno de los cuatro miembros de la familia de las CPEBs. Estos modelos han permitido entender que CPEB2 es una pieza clave en la vía de señalización de estrógeno. Sin este factor, los mediadores más importantes activados a través del receptor de estrógeno no se sintetizan y, por tanto, la respuesta a receptores de hormonas queda menguada.
«El estudio nos permite afirmar que sin CPEB2 las células proliferan menos. Hemos visto in vivo que ratones manipulados genéticamente para no expresar CPEB2 están protegidos ante el cáncer de mama luminal» explica Rosa Pascual, primera autora del artículo.
Asimismo, la investigación revela con datos en humanos que aquellos pacientes de cáncer de mama luminal con baja expresión de CPEB2 presentan un mejor pronóstico. En este sentido, si los efectos detectados en ratones se replicarán en ensayos con humanos y los efectos secundarios fueron mínimos, CPEB2 podría ser una nueva diana terapéutica.
De esta forma, un inhibidor de CPEB2 podría ser un buen candidato en combinación con terapias actuales que bloquean la vía de señalización de estrógeno, o como alternativa para aquellos pacientes con tumores luminales resistentes a los tratamientos basados en receptores hormonales a nivel transcripcional.
Fuente: AAAS
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