En los últimos meses, los medios de comunicación y redes sociales se inundaron con informes que especulan sobre cuál es el papel que puede desempeñar la vitamina D en la reducción de la gravedad de la infección por SARS-CoV-2 o COVID-19.
El alboroto comenzó cuando investigadores en EE. UU. y el Reino Unido comenzaron a comparar los niveles de vitamina D de varios países con sus tasas de mortalidad por coronavirus y encontraron una asociación: los países que informaron niveles más bajos de vitamina D también tuvieron tasas de mortalidad más altas de COVID-19. Por lo que se inició una investigación exhaustiva por diversos estudios tales como:
El estudio de Infosalus.com del 27 Julio 2020 en Madrid, confirman que la vitamina D es reconocida como un importante factor coadyuvante en varios procesos físicos relacionados el metabolismo de los huesos y el calcio, así como en varias enfermedades, como dolencias autoinmunes, cardiovasculares, diabetes tipo 2, obesidad, y otras. Y, según han señalado varios estudios recientes, es también un factor a tener en cuenta en el desarrollo de la infección por el virus SARS CoV-2, más conocido como COVID-19.
Frenkel-Morgenstern insiste en que no cree que la vitamina D impida a las personas contraer el coronavirus, pero sí cree que aumenta la capacidad del cuerpo para combatirlo una vez infectado. La investigadora sugiere que es urgente llevar a cabo políticas de sanidad pública con el objetivo de aumentar los niveles de vitamina D de la población y dijo que los confinamientos en realidad han contribuido a los niveles bajos de vitamina D que están poniendo en riesgo a las personas, ya que la mayoría de la vitamina D se absorbe a través de la piel en exposición a la luz solar.
Otro estudio de acuerdo con un análisis de la Universidad de Hohenheim, existe una relación entre una deficiencia de vitamina D, determinadas patologías previas y una evolución grave de COVID-19.
Además, el estudio del Hospital Central Militar de SEDENA México del 30 de abril 2020, revela que la deficiencia de vitamina D es un factor de riesgo de mortalidad en paciente con COVID-19. Los pacientes con COVID-19 que requieren hospitalización, tienen deficiencia de vitamina D y niveles por debajo de 8 ng/mL, lo cual es un factor de riesgo para mortalidad por COVID-19. Se deben tomar acciones que mejoren los niveles séricos, como la suplementación de vitamina D en este grupo de pacientes.
También el estudio de Medscape.com del 17 mayo 2020. Respaldan las dosis de refuerzo única de 100.000 UI para el personal de salud de la población étnica de minorías negras y asiáticas que debería elevar los niveles de vitamina D durante 2 a 3 meses. Se refieren a una revisión sistemática que concluye que “las dosis únicas de vitamina D3 ≥ 300.000 UI son más efectivas para mejorar el estado de la vitamina D por hasta 3 meses”.
Distintos estudios destacan que unos niveles óptimos de 25-OH vitamina D favorecen un adecuado mantenimiento del sistema inmune.
En él se analizan las posibles causas de la infección por coronavirus y se propone que la Vitamina D ciertamente no es una cura, sino una herramienta para reducir estos factores de riesgo, complicación y, por ende, menor probabilidad de muerte por el COVID-19.
Las vitaminas son sustancias esenciales para las funciones del organismo, pero que no somos capaces de sintetizar y por tanto deben ser obtenidas a partir de la dieta. La vitamina D pertenece al grupo de vitaminas liposolubles (solubles en grasas) y, en consecuencia, su absorción va a ser semejante a la del resto de las grasas. El precursor de la vitamina D está presente en pescados azules, mariscos, huevos y lácteos, aunque también puede producirse en la piel tras la exposición solar. Esta molécula (inactiva) debe transformarse en el hígado a 25-hidroxi-vitamina D, que es también inactiva. Eso implica que aún debe sufrir una segunda transformación en el riñón a 1,25-dihidroxi-vitamina D, que es la que finalmente es activa. La vitamina D resulta esencial para que funcionen correctamente los mecanismos de absorción del calcio y para que este mineral se fije a los huesos.
Más allá de su importante papel en el metabolismo óseo, la vitamina D es muy relevante en el sistema inmunitario. La deficiencia de vitamina D, especialmente durante la etapa infantil, predispone al desarrollo de enfermedades autoinmunes, tales como la esclerosis múltiple, la artritis reumatoide o el lupus eritematoso diseminado. Esta vitamina disminuye la función de los linfocitos B y T, que son los responsables de la inmunidad específica, incluyendo la disminución de mediadores proinflamatorios de interés en la enfermedad. Pero, simultáneamente, potencia la actividad de la inmunidad inespecífica. Por tanto, mantener unos correctos niveles de vitamina D contribuye al correcto balance y funcionamiento del sistema inmunitario.
La doctora Annie Veloz es nutrióloga clínica y pueden contactarla en www.draannieveloz.com y en las redes sociales como @draannieveloz.
- https://www.infosalus.com/salud-investigacion/noticia-vitamina-ayuda-organismo-combatir-covid-19-estudio-20200727123055.html
- https://www.dw.com/es/covid-19-y-vitamina-d-mito-o-remedio-milagroso/a-54080768
- https://www.medigraphic.com/pdfs/sanmil/sm-2020/sm201_2za.pdf
- https://espanol.medscape.com/verarticulo/5905429
- https://gacetamedica.com/opinion/valores-optimos-de-25-oh-vitamina-d-y-covid-19/
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