Por la Dra. María Victorina López Varela.
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Ha llegado el momento de que globalmente tomemos con seriedad esta enfermedad. Con esta alerta, la Iniciativa Global para la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica, GOLD por sus siglas en inglés, abordó la situación actual de la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC) en un editorial publicado recientemente en la prestigiosa revista médica: European Respiratory Journal. Y es que lo grave es que no estamos viendo el problema en su dimensión real o lo estamos subestimando, sobre todo en los países de ingresos bajos y medios, entre los que se encuentra la mayoría de las naciones latinoamericanas.
Al conmemorarse el 20 de noviembre el Día Mundial de la EPOC, es propicio subrayar que esta enfermedad es la tercera causa de muerte a nivel mundial y se estima que una de cada diez personas adultas la sufre. Su prevalencia se incrementó en el mundo en un 44,2% entre 1990 y 2015 y hubo un aumento de la mortalidad de 17,5% entre 2007 y 2017.
Sabemos que en 2015 más de 100 millones de hombres y 70 millones de mujeres en el mundo padecían la enfermedad y que hubo casi 4 millones de muertes en 2017 por EPOC. Pero carecemos de datos en países de bajos ingresos e ingresos medios donde no existen estudios de prevalencia ni registros confiables de mortalidad.
Es una enfermedad que causa fallecimientos prematuros, con un alto porcentaje de subdiagnóstico, lo que significa que hay gente que la padece y no lo sabe.
En muchos casos se desconoce que es un mal muy común, prevenible y tratable. Otras veces, directamente no hay acceso al diagnóstico, el cual se basa en síntomas como dificultad para respirar, tos, y flema, y se confirma con la espirometría, una prueba muy sencilla que consiste en soplar para medir la capacidad respiratoria del individuo. En otras ocasiones, el paciente no tiene acceso a la medicación.
En Latinoamérica el problema de la EPOC es preocupante. Hay datos de prevalencia provenientes de estudios epidemiológicos con un gran número de participantes. Esto es un excelente punto de partida para tomar acciones. La prevalencia global es de 15% con variaciones de país a país: Argentina 14,5%, Ciudad de México 7,8%, Caracas 12,1%, Sao Paulo 15,8%, Montevideo 19,7%, Colombia 8,9%, Perú 6% y Chile 15,9%. 3-6
Pero más allá de la mortalidad, la EPOC como enfermedad crónica impacta en la vida y actividad diaria de los pacientes y sus familias, además de que genera importantes costos tanto para ellos como para los sistemas de salud.
Se necesitan estrategias coordinadas que motiven a los países y sistemas de salud a priorizar la enfermedad, e impulsar leyes que aseguren recursos para concientizar a la sociedad en la prevención, diagnóstico temprano y tratamiento efectivo y precoz de los pacientes.
Los gobiernos deben comprender que la EPOC no puede seguir siendo considerada sólo como una condición causada por el cigarrillo (principal factor de riesgo). La exposición al humo de biomasa y la polución ambiental y laboral son importantes factores de riesgo y la evidencia actual muestra que el desarrollo deficiente pre y post natal de los pulmones como resultado de la malnutrición, infecciones y la exposición pasiva a contaminantes contribuyen también al desarrollo de la enfermedad.
Se trata, entonces, de tomar medidas que protejan el medio ambiente y de estimular el buen cuidado y seguimiento de las enfermedades de la infancia, además de promover la cesación del tabaquismo.
El rol de la Organización Mundial de la Salud (OMS) es fundamental para coordinar las acciones de prevención, así como de diagnóstico y tratamiento mediante la incorporación de nuevas medicinas respiratorias en la Lista Modelo de Medicamentos Esenciales y de herramientas diagnósticas primordiales. En este sentido, en la 13ava Reunión de la OMS que tuvo lugar en Beijing en octubre de 2019 se hizo un llamado a la comunidad internacional para "Tomar Acciones para Promover La Salud Respiratoria".
¿Cuáles serían esas acciones? De acuerdo con la Iniciativa Global para la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica en su editorial, debemos: 1-Aumentar el conocimiento en la comunidad. 2-Prevenir y evitar la contaminación ambiental y el tabaquismo, y mejorar las condiciones materno infantiles. 3-Diagnosticar precozmente facilitando el acceso a la espirometría. 4-Tratar adecuadamente mejorando el acceso a la medicación.
Creemos firmemente que la espirometría debiera incorporase como un posible marcador de salud respiratoria.
Es hora de hablar de la EPOC y, en virtud de la dimensión del problema, llamar a los actores del sistema político y sanitario: legisladores, autoridades de gobierno, administradores de salud, a darle un espacio prioritario en la agenda de la salud pública de los países latinoamericanos.
Creemos también que es momento de transmitir a los pacientes que esta enfermedad no se presenta por igual en todos los individuos, que hay grados en la misma y existen alternativas de tratamiento que serán tanto más eficaces cuanto más temprano realicemos el diagnóstico.
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