Investigadores de EE.UU. han descubierto que la nicotina promueve la propagación de las células de cáncer de pulmón al cerebro, donde pueden formar tumores metastásicos mortales. El estudio sugiere que las terapias de reemplazo de nicotina pueden no ser estrategias adecuadas para los pacientes con cáncer de pulmón que intentan dejar de fumar.
Además, los investigadores muestran que un fármaco natural –partenolida- bloquea la metástasis cerebral inducida por nicotina en ratones, lo que sugiere una posible opción terapéutica en humanos.
El 40% de las personas que tienen el tipo más común de cáncer de pulmón puede desarrollar tumores cerebrales metastásicos, con un tiempo de supervivencia promedio de por debajo de los seis meses.
Sin embargo, no se entiende por qué el cáncer de pulmón no microcítico, menos común, se extiende tan a menudo al cerebro.
Ahora, los científicos de la Escuela de Medicina de Wake Forest (EE.UU.) han descubierto que la nicotina, un compuesto químico no cancerígeno que se encuentra en el tabaco, facilita la propagación o metástasis de las células de cáncer de pulmón al cerebro.
«Según nuestros hallazgos, no parece que los productos de sustitución de nicotina sean la forma más segura para que las personas con cáncer de pulmón dejen de fumar», afirma Kounosuke Watabe, autor del estudio.
La investigación, publicada en «Journal of Experimental Medicine», ha examinado por primera vez a 281 pacientes con cáncer de pulmón y descubrió que los fumadores de tabaco exhibían una incidencia significativamente mayor de cáncer cerebral.
Utilizando un modelo de ratón, descubrieron que la nicotina potenciaba la metástasis cerebral al cruzar la barrera hematoencefálica para cambiar la microglia, un tipo de célula inmune en el cerebro, de protectora a potenciadora el crecimiento del tumor.
La buena noticia es que Watabe y sus colegas buscaron drogas que pudieran revertir los efectos de la nicotina e identificaron partenolida, una sustancia natural en una hierba medicinal –matricaria-, que bloqueó la metástasis cerebral inducida por la nicotina en los ratones.
Fuente: ABC Salud
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