Con el avance de las ciencias de la vida, así como de la tecnología, es posible un monitoreo más preciso y cercano de los pacientes. Con la aparición de diagnósticos portátiles, sensores de salud y dispositivos portátiles, no solo el hospital, sino también el paciente se convierte en el punto de atención. Además, el área de monitoreo también se amplía: no solo la hora de despertarnos sino también el sueño, no solo los períodos activos pasados en el gimnasio sino también los momentos pasivos, no solo nuestro estado físico, sino también nuestra salud mental se convierte en un tema de control. Hay menos y menos escape de la mirada de las máquinas. ¿Con qué propósito? El objetivo ya no es «solo» ser saludable, sino también estar en la mejor forma posible. La moda de estilo de vida saludable que comenzó en la década de 1980 se complementa con tecnologías y penetra en todas las áreas y momentos de la vida.
En su libro, 21 Lecciones para el siglo XXI, el autor Yuval Noah Harari argumenta que a medida que la tecnología abarca cada pequeña parte de nuestra salud, vamos a dejar que poco a poco toma la tecnología sobre nuestras capacidades de toma de decisiones . En un par de décadas, los sensores minúsculos y los grandes datos pueden decirnos si estamos enfermos o sanos. Las decisiones médicas en nuestra vida ya no dependerán de nuestros sentimientos de enfermedad o bienestar, o incluso de las predicciones informadas de nuestros médicos, sino de los cálculos de las computadoras que comprenderán nuestros cuerpos mucho mejor que nosotros. En unas pocas décadas, los algoritmos de Big Data informados por un flujo constante de datos biométricos podrían monitorear nuestra salud día y noche, todos los días, las 24 horas del día, los siete días de la semana.
Podrían detectar el comienzo de la influenza, el cáncer o la enfermedad de Alzheimer, mucho antes de que sintamos que algo está mal con nosotros. Luego, podrían recomendar tratamientos adecuados, dietas y regímenes diarios, hechos a medida para nuestro físico, ADN y personalidad únicos. Solo imagine que su teléfono envía sus notificaciones hace unos segundos, los nanorobots que circulan en su sistema cardiovascular destruyen las células cancerosas en un vaso sanguíneo cerca de su axila izquierda y ahora deben tomar algunas bebidas nutritivas para fortalecer un poco sus células inmunitarias. La notificación se ubicaría justo debajo de otro, comentando sobre su ciclo de sueño, sobre sus lecturas de presión arterial, que tiene que comprar algo de comida para gatos y que se acerca el cumpleaños de su madre.
Fuente: Médico Futurista.
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