La rapamicina, un medicamento que se usa para impedir que el cuerpo rechace los trasplantes de órganos y médula ósea, podría ser una opción para evitar la pérdida de memoria relacionada con la edad en el flujo sanguíneo. Este hallazgo podría tener implicaciones para el envejecimiento en general y quizás ofrece una vía para prevenir la demencia de Alzheimer en algunas personas, señala la autora de la investigación que se publica en la revista «Aging Cell», Candice Van Skike, de la Universidad de Texas San Antonio (EE.UU.).
En el estudio, los investigadores administraron una dieta, que incluía dosis bajas de rapamicina a un grupo de ratas de 19 meses de edad. El tratamiento con rapamicina diaria continuó hasta que los ratones alcanzaron una edad avanzada, 34 meses, casi el doble de la edad que tenían cuando comenzaron el tratamiento. «Es decir, la edad más avanzada a la que pueden llegar a ser estas ratas. Pero, a pesar de ser ancianos, su circulación sanguínea cerebral era exactamente la misma que cuando comenzaron el tratamiento», señala la autora principal del estudio, Veronica Galvan.
Las ratas envejecidas, no tratadas, en el estudio reflejaron, en general, lo que se observa en los adultos mayores con respecto a la pérdida del flujo sanguíneo al cerebro y la pérdida de memoria. «En contraste, las tratadas con rapamicina parecían ratas de mediana edad», afirma Van Skike.
«El envejecimiento es el factor de riesgo más fuerte para la demencia, por lo que es emocionante que la rapamicina, un fármaco conocido por promover la longevidad, también pueda ayudar a preservar la integridad de la circulación cerebral y el rendimiento de la memoria en los adultos mayores», afirma Sudha Seshadri. «Ya estamos estudiando la seguridad del medicamento en personas con deterioro cognitivo leve, un precursor de la demencia».
El equipo del estudio se propuso examinar animales más viejos que no tenían enfermedad causada de forma artificial. «Estas ratas tenían un deterioro cognitivo natural que no fue provocado por un proceso de enfermedad forzada», señala Van Skike.
La diana de la rapamicina, TOR, es un controlador maestro del crecimiento y envejecimiento celular. Galvan cree que sus hallazgos del estudio proporcionan «muy buena evidencia» de que TOR impulsa la pérdida de sinapsis y el flujo sanguíneo cerebral durante el envejecimiento. (Una sinapsis es una conexión entre neuronas a través de la cual el cerebro envía y recibe señales).
El cerebro consume cantidades extraordinarias de energía, pero no tiene recursos metabólicos para reponerlo. Las neuronas requieren glucosa y oxígeno para funcionar y los vasos sanguíneos lo suministran. Investigaciones recientes han estudiado los factores de riesgo tempranos de la enfermedad de Alzheimer y han visto que el primer factor es el flujo sanguíneo cerebral alterado.
Fuente: ABC Salud
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