La imagen tradicional de animales mortales la representan los tiburones, osos, tigres, y el conejo asesino de Caerbannog en asociación con dientes afilados y garras representan; sin embargo, resulta que, las criaturas más sedientas de sangre del reino animal son pequeñas y para muchos de nosotros, solo molestias que acompañan las vacaciones de verano alrededor de los lagos en las montañas: los mosquitos.
Estos diminutos insectos, literalmente «moscas pequeñas» en español, matan a 725,000 personas cada año al pasar por las enfermedades devastadoras causadas por virus o parásitos. Su lista de pecados es bastante larga: malaria, dengue, fiebre amarilla o encefalitis.
Lo peor es la malaria, que mata a más de 600,000 personas cada año, mientras que amenaza a la mitad de la población mundial y causa miles de millones de dólares anuales en pérdida de productividad. Sin embargo, las moscas de arena, los insectos triatominos, las moscas negras, las garrapatas, las moscas tsetsé, los ácaros, los caracoles o los piojos tampoco son mejores. Según cifras de la ONU, son responsables de otras 100,000 muertes por año ; y junto con el Mosquito Big Brother; representan alrededor del 17 por ciento de todas las enfermedades infecciosas.
Los mapas electrónicos bien dibujados que indican diferentes piezas de información podrían ayudar a prevenir, seguir de cerca o controlar las epidemias y/o la propagación de enfermedades. La tecnología no solo es capaz de visualizar datos, sino que ya «resuelve» los puntos grises y, por lo tanto, ayuda a predecir eventos.
En marzo de 2017, HealthTech informó que el Centro para el Control de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos estaba usando sistemas de información geográfica para rastrear y combatir mejor el virus Zika. El CDC ha publicado un mapa interactivo disponible públicamente para proporcionar a los estados información sobre la propagación del virus.
No solo las tropas americanas tomaron las armas contra los insectos. En marzo de 2018, se informó que China estaba en el proceso de desarrollar un radar súper sensible que puede detectar el aleteo de un mosquito hasta 2 km (1.2 millas) de distancia.
Otros investigadores teorizaron en 2014 que el método de edición de genes, CRISPR / Cas9 podría crear mosquitos que son casi completamente resistentes al parásito que causa la malaria. Si usaran CRISPR para eliminar un segmento de ADN de mosquito, engañarían al sistema genético del insecto para que lo reemplace con un constructo de ADN diseñado.
Cabe destacar que un grupo de científicos ya demostró el control remoto de insectos en vuelo libre a través de un sistema de estimulación neural en miniatura equipado con radio implantable en 2009. Por lo tanto, no es de extrañar que los experimentos hayan pasado gradualmente al siguiente nivel.
Los ingenieros de la empresa estadounidense llamada Draper esperan crear una libélula cibernética que combine “navegación miniaturizada, biología sintética y neurotecnología”. Para dirigir las libélulas, los ingenieros de Draper están desarrollando una forma de modificar genéticamente el sistema nervioso de los insectos para que pueda responder a pulsos de luz.
Una vez que funcionen, este enfoque, conocido como estimulación optogenética, podría permitir a las libélulas llevar cargas útiles o realizar vigilancia. Además, incluso podrían ayudar a las abejas melíferas a convertirse en mejores polinizadores o matar a los mosquitos que se propagan alrededor de las enfermedades.
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