Un estudio abre la vía a regenerar órganos sin necesidad de trasplantes

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Los grandes quemados o úlceras cutáneas son problemas clínicos muy graves para los que aún no hay tratamientos definitivos. Ahora, un equipo de científicos logró curar en ratones heridas de este tipo regenerando su piel ‘in vivo’, es decir, en el propio organismo y sin necesidad de un trasplante.

El trabajo, basado en la reprogramación celular, “demuestra por primera vez que se puede inducir la regeneración de órganos en un mamífero y abre conceptualmente la puerta a la regeneración de nuestros órganos sin necesidad de trasplante”, sustentó el señor Juan Carlos Izpisúa Belmonte, del Instituto Salk de California (EEUU) y autor principal del estudio.

La técnica ahora para tratar una úlcera cutánea consiste en aislar esos queratinocitos a través de una biopsia de la piel, cultivarlos en el laboratorio, crear una capa de células epiteliales -los queratinocitos estimulan su crecimiento- y trasplantarla finalmente en el paciente; solo este proceso de creación e injerto dura al menos cuatro semanas y no todas esas láminas de células funcionan, así que algunos pacientes fallecen, apuntó el señor Izpisúa.

El investigador añadió que uno de los objetivos de esa nueva investigación es acotar el tiempo que dura este proceso, aumentando así su eficacia, y “conseguir una piel más natural, generada por el propio organismo, que es funcionalmente distinta a la producida ‘in vitro’ en el laboratorio”.

“Lo que hicimos en la úlcera del ratón fue reprogramar directamente en la misma las células del tejido conectivo -aquellas que ocupan los espacios entre órganos u otros tejidos- en queratinocitos”. Para ello, se identificaron cuatro proteínas que son claves para la reprogramación celular en este caso y por medio de un virus se transmitieron a las úlceras de los ratones, logrando que creciera una piel sana -conocida como epitelial- en un plazo de 18 días.

Según una nota del Instituto Salk, con el tiempo este epitelio -tejido formado por células en estrecho contacto- se expandió y se conectó con la piel circundante, incluso en úlceras grandes: ocho meses después, lo que constituye casi la mitad de la vida del ratón, las células generadas seguían funcionando y comportándose como células sanas de la piel, lo que se comprobó con una serie de pruebas moleculares, genéticas y celulares.

Si bien es una investigación en ratones, el señor Izpisúa resaltó que el objetivo final es regenerar en pacientes grandes superficies de piel para tratar grandes quemados o úlceras profundas que por ejemplo se dan en determinados casos de diabetes.

Fuente: Efe Salud.

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