Los cigarrillos electrónicos también golpean el corazón. Esa es la conclusión de dos estudios independientes que acaban de presentarse en las sesiones científicas que la Asociación Americana del Corazón está celebrando en Filadelfia (EEUU).
En concreto, estos trabajos muestran que estos productos disminuyen el flujo sanguíneo cardiaco y afectan negativamente -y de forma similar al tabaco convencional- a algunos de los factores de riesgo cardiovascular conocidos, como el colesterol.
En el primero de estos trabajos, los investigadores compararon los niveles de colesterol, triglicéridos y glucosa en adultos sanos no fumadores, fumadores de cigarrillos electrónicos, fumadores de tabaco convencional y fumadores duales (consumían tanto tabaco tradicional como vapeadores). Todos los individuos (476) estaban sanos, tenían edades comprendidas entre los 21 y los 45 años y no tomaban ninguna medicación diariamente.
Al analizar los datos, los investigadores comprobaron que había ciertas particularidades asociadas al consumo de cigarrillos electrónicos. Así, estos individuos presentaban niveles más elevados de LDL, el también llamado colesterol malo y niveles más bajos que el resto de las cifras totales de colesterol.
Por otro lado, los niveles de HDL, el llamado colesterol bueno, también eran más bajos en el grupo de participantes que consumía tanto tabaco convencional como cigarrillos electrónicos.
El segundo estudio muestra que la disfunción vascular coronaria asociada al consumo de cigarrillos electrónicos podría ser más grave que la observada con los cigarrillos convencionales.
Para llegar a esta conclusión, los investigadores analizaron el flujo sanguíneo cardiaco, un indicador de la función vascular coronaria, en 19 jóvenes fumadores. Midieron este valor tanto antes como después de fumar cigarrillos electrónicos o tabaco convencional mediante una ecocardiografía de contraste miocárdico, que evaluó su función en reposo y al ser sometidos a estrés fisiológico (mediante ejercicios de fuerza).
Fuente: El Mundo.
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