SANTO DOMINGO.- Ante el planteamiento del uso combinado del medicamento antimalárico cloroquina y el antibiótico azitromicina en pacientes con Coronavirus la Sociedad Dominicana de Cardiología (SODOCARDIO) advirtió que la cloroquina presenta toxicidad cardíaca como miocardiopatía dilatada o restrictiva, o trastornos de la conducción debido a inhibición intracelular de enzimas lisosomales en los miocitos.
“Debido al efecto de la cloroquina sobre la inhibición del CYP2D6, los betabloqueantes metabolizados por esa vía (metoprolol, carvedilol, propranolol o labetalol) pueden aumentar las concentraciones de la droga requiriendo un monitoreo cuidadoso de la frecuencia cardíaca y la presión arterial”, manifestó.
De igual forma explicó que estos agentes también poseen riesgo de taquicardia ventricular por torsión de puntas, en aquellos pacientes con trastornos electrolíticos o con uso concomitante de agentes que prolongan el QT.
Por otro lado, detalló que “la azitromicina es un antimicrobiano de la familia de los macrólidos cuya actividad bacteriostática consiste en inhibir la síntesis proteica de las bacterias, al unirse al ribosoma de las mismas. Penetra la pared celular y se fija a la subunidad ribosomal 50S, inhibiendo la síntesis de polipéptidos bacterianos”.
Manifestó además que está se concentra en las células fagocíticas, tales como los leucocitos polimorfonucleares, los monocitos, los macrófagos y los fibroblastos.
SODOCARDIO destacó que existen varios reportes del riesgo cardiovascular asociado al uso de azitromicina debido al aumento de arritmias ventriculares malignas como la taquicardia ventricular por torsión de puntas, por aumento del intervalo QT.
“Los pacientes que tienen una mayor incidencia son los que presentan factores de riesgo como el paciente con QT largo, sexo femenino, desequilibrio electrolítico como hipopotasemia o hipomagnesemia, disfunción ventricular izquierda, o bradicardia asociada al uso de otros fármacos con efecto antiarrítmico como los betabloqueantes y la amiodarona”, señaló.
Tomando en consideración todos estos factores SODOCARDIO enfatizó en que no existe evidencia contundente del uso de ambos fármacos en el manejo de los pacientes con SARS-CoV2.
Recomendó que en caso de tener pacientes que lo estén tomando, o en aquellos donde se considere su uso, dado el riesgo de taquicardia ventricular por torsión de puntas y de muerte súbita, debe ser en pacientes hospitalizados y monitoreados.
Asimismo sugirió seguimiento clínico de síntomas de alarma como el síncope o palpitaciones, “debemos tener un registro electrocardiográfico previo al inicio del tratamiento y no recomendarlo o suspenderlo en pacientes con un QTc > de 450 ms”.
SODOCARDIO también recomendó realizar un seguimiento periódico electrocardiográfico y medición periódica del intervalo QT. Así como tratar las condiciones que pueden predisponer a la prolongación del intervalo QT como el desequilibrio hidroelectrolítico.
De igual manera realizar monitoreo estricto de niveles de TA y FC por el riesgo de bradicardia e hipotensión, que pueden condicionar a prolongación del intervalo QT.
Además de restricción y/o monitoreo de otros fármacos que puedan prolongar el intervalo QT con la consiguiente inducción de taquicardia por torsión de puntas:
• Fármacos antiarrítmicos.
• Fármacos que inducen a bradicardia e hipotensión como betabloqueantes.
• Fármacos que reducen los niveles séricos de potasio como diuréticos tiazídicos, diuréticos del asa, glucocorticoides.
• Fármacos que interfieren con el citocromo P-450 (antifúngicos imidazólicos, inhibidores de la proteasa, etc.).
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