ALEMANIA. – Mientras miles de líderes políticos, ambientalistas, indígenas y artistas de todo el mundo se reúnen en la ciudad de Bonn, Alemania, para discutir el futuro del planeta y evitar que la temperatura global aumente 1.5 °C al finalizar el siglo, durante la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP23), las malas noticias no paran de llegar.
No solo los niveles de CO2 en la atmósfera se dispararon en 2016, alcanzando la concentración más alta registrada hasta la fecha, sino que el 2017 está a un paso de convertirse en el año más calurosa de la historia, sin la influencia del fenómeno climático del Niño. Ahora, un nuevo estudio termina de completar el cóctel.
Se trata del primer análisis anual más detallado sobre los impactos del cambio climático en la salud de millones de personas en todo el mundo. El informe, titulado The Lancet Countdown on Health and Climate Change, tiene en cuenta 40 indicadores clave, que van desde el factor económico hasta el ambiental.
La tasa de transmisión de algunas enfermedades infecciosas dadas por mosquitos ha aumentado. Por ejemplo, el dengue del mosquito Aedes aegypti ha aumentado en un 9.4 % desde 1950. Los casos por esta enfermedad se duplican cada década.
Por otro lado, el número de personas desnutridas en 30 países de Asia y África ha aumentado de 398 a 422 millones desde 1990. También se espera que el cambio climático tenga un impacto en la producción de cultivos pues un aumento de 1 ºC – aunque parezca poco- en las temperatura global se asocia a una disminución del 6 % en rendimientos mundiales de trigo y de un 10 % en granos de arroz.
«Es un desafío, pero aún tenemos la oportunidad de convertir lo que hoy es una emergencia médica en los mayores avances para la salud pública de este siglo», declara el profesor Anthony Costello, copresidente de The Lancet Countdown y director de salud materna, neonatal, infantil y adolescente de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
«Esperamos un cambio radical de los gobiernos para hacer frente a los impactos del cambio climático», continúa Costello. «Los beneficios económicos y para la salud serían enormes. El costo de la inacción se contabilizará en pérdidas de vidas que se pueden prevenir”.
Fenómenos extremos
Entre 2007 y 2016, hubo un promedio de 306 desastres relacionados con el clima por año, lo que representa un incremento del 46 % desde 2000.
Los gastos en adaptación para los sistemas de salud representan el 4.6 % del total. Los autores del informe piden que se amplíe la financiación para que sea resistente ante un clima cambiante, ya que cuando los fenómenos empeoren, las medidas actuales de adaptación se volverán insuficientes.
“Cada vez más países y ciudades están desarrollando planes de preparación para mitigar el impacto del cambio climático. En 2016, 449 ciudades de todo el mundo realizaron una evaluación de riesgos. Sin embargo, la mayoría se encontraban en países de altos ingresos, con un 83 % de ciudades europeas encuestadas, en comparación con el 28 % de las ciudades africanas”, explica el estudio.
Hugh Montgomery, también copresidente de The Lancet Countdown y director del Instituto para la Salud Humana del University College de Londres añade: “No podemos adaptarnos solo para salir de esto, sino que debemos tratar tanto la causa como los síntomas del cambio climático. Hay muchas maneras de hacer las dos cosas, que suponen un mejor uso de los presupuestos de la atención médica»
Fuente: El Tiempo
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