Un nuevo estudio de la Universidad de Warwick (Reino Unido) ha cuestionado que las personas usan antibióticos de manera inapropiada porque no entienden lo suficiente acerca de la propagación de las superbacterias resistentes a los medicamentos.
Según sus hallazgos, publicados en la revista 'British Medical Journal Open', revelan que la comprensión básica de la resistencia a los medicamentos está de hecho muy extendida en el sudeste asiático, pero que los niveles más altos de conciencia están en realidad relacionados con un mayor uso de antibióticos en la población general.
Los investigadores llevaron a cabo una encuesta a gran escala entre una muestra representativa de la población rural de 69 aldeas del norte de Tailandia y 65 aldeas del sur de la República Democrática Popular Lao.
La encuesta encontró que la conciencia de la gente sobre la resistencia a los medicamentos era similar a la de muchos países industrializados: tres de cada cuatro aldeanos en Tailandia y seis de cada diez en Laos habían oído hablar de 'resistencia a los medicamentos', aunque el término se interpretaba generalmente como un cambio en el cuerpo humano y no como la evolución de las bacterias para resistir la medicina antibiótica.
Las actitudes de la gente en las zonas rurales de Tailandia y Laos a menudo eran consistentes con las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de no comprar antibióticos sin receta. Sin embargo, tales actitudes se relacionaron con tasas desproporcionadas y potencialmente problemáticas de antibióticos recetados por clínicas y hospitales públicos.
Las personas que obtenían antibióticos de fuentes informales, como la tienda de su pueblo, eran tan conscientes de la resistencia a los medicamentos como las personas que dependían de los canales públicos de atención sanitaria.
Además, los pacientes que recibían antibióticos de fuentes informales no tenían menos riqueza o educación formal que los usuarios de la asistencia sanitaria pública.
De hecho, las personas más ricas y educadas de Chiang Rai se asociaron significativamente con el hecho de recibir antibióticos de fuentes informales, lo que demuestra que no son solo las personas de bajos ingresos las que obtienen antibióticos de fuentes informales.
El autor prinicipal del trabajo, Marco J. Haenssgen, interpreta estos resultados como una señal de que el modelo convencional de salud pública de cambio de comportamiento está fracasando: "Demasiados argumentos para el cambio de comportamiento en salud pública se basan en un modelo de 'déficit de información'. Esta idea de que la gente se comporta irracionalmente porque no tiene la información correcta encuentra poco apoyo en nuestra investigación".
"La conciencia básica sobre la resistencia a los medicamentos y los antibióticos está muy extendida, pero no contribuye a mejorar el comportamiento. En principio, la nueva información puede ser empoderante, pero son las propias personas las que deciden cómo van a utilizar este nuevo 'poder' en su vida cotidiana. El uso innecesario de antibióticos puede reflejar más bien el privilegio, la resistencia a las normas o la interferencia entre las ideas locales y occidentales de lo que debería ser un buen cuidado", explica el investigador.
Tailandia y Laos fueron seleccionados para este estudio debido a sus tasas tradicionalmente altas de uso de antibióticos y sus patrones de viajes internacionales, que predisponen a estos países al desarrollo y propagación de la resistencia a los medicamentos. En la encuesta participaron 2.141 adultos de más de 130 aldeas que representan una población rural de 712.000 aldeanos en Tailandia y Laos.
Fuente: DPA.
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