SANTO DOMINGO.-Según un estudio presentado hoy por Profamilia la mayoría de la población masculina entrevistada ve a la adolescente y mujer como provocación del acoso y de la agresión sexual y además se reconoce como tentado al acoso y a la agresión contra la mujer.
El estudio “Masculinidades y violencia de género en zonas rurales y urbano-marginales de cuatro provincias del país”, realizado por la investigadora Tahira Vargas García evidenció una mayor permisividad del acoso y la agresión sexual que de la violencia verbal y física hacia la mujer.
La investigación encontró que el autocontrol como estrategia de contención de la violencia es débil; mientras que el enamoramiento y las relaciones de pareja están mediadas por el cuerpo desde los estereotipos de atractivo y la belleza que se han comercializado, lo que ha generado una legitimación del acoso y del descontrol del hombre en su relación con la mujer.
La investigación tiene el interés de establecer factores que causan la violencia de género y sus vínculos con la construcción de masculinidades en los distintos estratos y contextos e identificar patrones de masculinidades propiciadores de cultura de paz y equidad de género.
Las provincias en las que se desarrolló fueron seleccionadas según las estadísticas del 2016 que ofrece la Procuraduría General de la República (PGR), sobre la cantidad de denuncias de violencia de género y delitos sexuales por provincia, en las que se destacan Santiago, San Francisco de Macorís, San Cristóbal y el Gran Santo Domingo.
Tahira Vargas García, autora de este estudio, es doctora en Antropología Social y Desarrollo, para el mismo empleó historias de vida, entre otras técnicas, para obtener información de hombres de distintos estratos sociales, de contextos rural-urbano marginal, así como grupos etarios (adolescentes, jóvenes y adultos), incluyendo a personas heterosexuales y de diversas orientaciones sexuales, para mostrar las prácticas y discursos de la población masculina.
En las palabras de introducción del documento, la directora ejecutiva de Profamilia, Magaly Caram, señala que “para construir conceptos más sanos de lo que significa ser hombre y reducir la violencia de género, es necesario entender cómo se forman las identidades masculinas en diferentes contextos y comunidades”.
Reconoce el avance en dar visibilidad a la violencia contra la mujer y la mejora en los sistemas de captación de denuncias y levantamiento de datos, sin embargo, considera que “no ha sido suficiente, necesitamos entender esta problemática de manera integral, aproximándonos a quienes la protagonizan, para establecer estrategias que favorezcan la generación de cambios culturales desde las distintas masculinidades”.
Acerca del estudio, Caram señaló en la introducción leída por el director médico de Profamilia, doctor José Figueroa, que “apostamos a que contribuirá a prevenir la violencia contra las mujeres en nuestras comunidades, aprendiendo a conocer sus señales y sus indicios de primera mano y a que, como señala en las conclusiones su autora Tahira Vargas, favorecerá el cambio hacia la equidad de género, a través del diálogo y encuentro con las personas con opciones sexuales diferentes y la población masculina heterosexual”.
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