La composición del microbioma intestinal, es decir, la compleja comunidad de bacterias y otros microbios que residen en el intestino, puede influir en las posibilidades de desarrollar cáncer en el intestino. Así lo sugiere una revisión publicada en la revista ‘Journal of Medical Microbiology’ que evaluó los resultados obtenidos por múltiples estudios que han analizado el vínculo entre el microbioma intestinal y el cáncer de intestino. El objetivo era identificar tendencias y comprender mejor cómo se puede utilizar el microbioma intestinal para identificar y prevenir enfermedades.
El cáncer de intestino tiene una alta tasa de mortalidad y es la tercera causa de muerte por cáncer en todo el mundo. Comprender los factores de riesgo puede ayudar en el diagnóstico y tratamiento temprano, mejorando así las posibilidades de supervivencia.
Aunque no se han relacionado microbios específicos con el cáncer, los investigadores han identificado que los microbios con ciertas características pueden aumentar las posibilidades de desarrollar enfermedades. Los científicos también encontraron que algunos grupos de microbios pueden proteger contra el cáncer de intestino e incluso retrasar la progresión del cáncer.
La investigación, dirigida por Sandra dos Reis, se realizó en la Universidad Federal de Viçosa (Brasil). Dos Reis espera que sus hallazgos puedan usarse para desarrollar nuevas herramientas de diagnóstico para la detección temprana de cánceres colorrectales. “Comprender la relación entre la microbiota intestinal y el estado de salud y de enfermedad permitirá desarrollar nuevos métodos de diagnóstico. Se pueden desarrollar nuevas formas de prevención y tratamiento para ciertas enfermedades utilizando la microbiota intestinal, ya que la composición de esta microbiota se puede cambiar por varios factores, como la dieta, el uso de probióticos, prebióticos y antimicrobianos, entre otros «, explica.
La revisión identificó tres formas principales en que la microbiota intestinal puede aumentar la probabilidad de desarrollar cáncer. Se ha demostrado que las enfermedades inflamatorias producidas por bacterias intestinales que interactúan con el sistema inmune desencadenan el desarrollo del cáncer. También que las personas con inflamación intestinal a largo plazo o crónica estaban más predispuestas al cáncer.
La investigación mostró que las personas con altos niveles de Fusobacterium en el intestino tenían 3’5 veces más probabilidades de desarrollar adenomas en el colon. Los adenomas son tumores benignos que pueden volverse cancerosos si no se tratan. Fusobacterium rara vez se observa en el intestino de individuos sanos y, por lo tanto, podría usarse como biomarcador para el cáncer colorrectal en el futuro.
Las bacterias productoras de toxinas como ‘Bacteroides fragilis’ liberan moléculas que se unen a las células que recubren el colon y cambian la forma en que las células se comportan y se dividen. En algunos casos, esto hace que las células se dividan de manera incontrolada y se vuelvan cancerosas.
La investigación identificó otras bacterias que pueden liberar toxinas que se comportan de esta manera, muchas de las cuales normalmente viven en los intestinos, como ‘E. coli’, ‘Klebsiella pneumoniae’ y ‘Enterobacter aerogenes’.
Bacterias protectoras
El trabajo también mostró que un mayor número de bacterias probióticas y bacterias que producen ácido butírico pueden reducir la probabilidad de desarrollar cáncer en el intestino delgado. Dos Reis sugiere que las bacterias productoras de ácido butírico podrían incluso reducir el crecimiento tumoral. “El ácido butírico puede inhibir el desarrollo del tumor a través de diferentes mecanismos. Por lo tanto, cuando abundan en la microbiota intestinal, las bacterias productoras de ácido butírico ejercerían un efecto protector contra el cáncer colorrectal».
Como el microbioma es una comunidad diversa y multifacética, es difícil comprender cómo se vincula con la enfermedad, ya que varía de persona a persona. El uso de múltiples estudios de microbioma podría ser la forma más fiable de predecir tendencias sobre cómo contribuye al desarrollo de la enfermedad, pero se necesita más investigación. Dos Reis asegura que “para que la microbiota intestinal se use como una herramienta de diagnóstico, se deben realizar más estudios para que una determinada composición microbiana pueda asociarse con una enfermedad específica».
Fuente: DICYT.
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