MADRID.- EFEsalud ha entrevistado a dos expertos: el presidente de la Sociedad Española de Dietética y Ciencias de la Alimentación (SEDCA), Antonio Villarino; y el director de la clínica especializada en trastornos de la conducta alimentaria Adalmed, Manuel Faraco para describir el significado de la Ortorexia.
Culto a lo sano y saludable
La ortorexia “da culto a lo diferente, a lo sano en la alimentación. Y entonces se desprecia al resto de mortales que comen esa cantidad de productos llenos de aditivos, productos animales en exceso, vegetales poco bien cultivados. Se produce ese culto a lo sano cualitativo”, expone Antonio Villarino.
El interés por la nutrición saludable es un objetivo a conseguir, pero llevado al extremo que en este reportaje explicamos, un objetivo de vida sana se llega a convertir en un infierno y en un enorme peligro.
Es una patología difícil de detectar, incluso entre las personas más cercanas al enfermo; suele ser consecuencia de algunas de las mejores actitudes, como optar por un hábito alimenticio sano, pero que en algunas personas pasan la barrera de lo saludable e, incluso, de lo imaginable.
Esta obsesión convierte la comida en el principal pensamiento de las personas que padecen la enfermedad, quienes llegan a dedicar más de tres horas al día a la planificación de sus dietas o a desplazarse varios kilómetros para conseguir los alimentos menos tratados.
No existe una dieta común a seguir en esta patología, si no que cada uno deja de consumir lo que él mismo considera nocivo para su salud.
Este es uno de los aspectos más problemáticos, ya que aunque de una manera moderada no tiene efecto inmediato en la salud, la supresión de determinados alimentos puede conducir a una malnutrición que termine generando enfermedades, como por ejemplo osteoporosis; en los casos más severos y extremos se puede llegar a morir.
A pesar de que en un primer momento, las posibles carencias nutricionales pueden parecer el factor más alarmante de la patología, las consecuencias psicológicas son lo que más preocupa a los expertos. A diferencia de otros trastornos, los ortoréxicos no esconden sus hábitos de vida, pretenden convencer a otras personas de este estilo de vida milagroso, lo que en muchas ocasiones desencadena conflictos.
Este modo de vida genera en los pacientes un alta autoestima y seguridad que les lleva al aislamiento social y crea en ellos un sentimiento de superioridad respecto a las personas que si consumen todo tipo de alimentos, señalan los expertos.
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