En general hasta los adultos nos descuidamos con la hidratación, y llegamos a tomar agua cuando sentimos sed. Sin embargo es conocido el dato de que el mecanismo de la sed no es del todo eficiente, porque cuando sentimos la necesidad de beber, ya existe un grado de deshidratación moderada. Más todavía es importante beber abundantes líquidos en un clima como el del caribe, donde la temperatura promedio es alta y como consecuencia aun sin estar haciendo actividad física el cuerpo pierde agua y sales por el sudor.
En el caso de los niños, quienes poseen una proporción corporal de agua mayor que los adultos, el consumo de agua es aún más importante.
En Argentina, dos estudios sobre hidratación infantil nos hacen reflexionar sobre este asunto tan básico pero vital. La Universidad Católica Argentina (UCA) publicó un informe de un estudio realizado en 5,700 hogares abarcando niños de 2 a 17 años, indicando que casi 8 de cada 10 niños consumen agua de forma ocasional en las comidas, práctica deportiva o en la institución escolar. Si no beben agua, entonces, ¿con qué se están hidratando los chicos?, el CESNI (Centro de Estudios Sobre Nutrición Infantil) realizó otra investigación que informa que solo el 21% de los líquidos consumidos es agua, mientras que el 50% son bebidas azucaradas y saborizadas, y un 29% bebidas saborizadas con edulcorantes.
Entonces los niños no solo que no llegan a cubrir sus necesidades de líquidos de acuerdo a las guías alimentarias (las argentinas, y las americanas por citar patrones de referencia) sino que la mayor parte de los líquidos consumidos son productos con azúcar.
Esta realidad se traduce basándonos en la evidencia de otras investigaciones sobre el tema, de que niños deshidratados tienen un peor desempeño escolar, mayor probabilidades de sobrepeso y obesidad y riesgo de lesiones al hacer ejercicio físico muy aumentado.
República Dominicana no escapa a estos datos, estudios realizados en niños de 5 a 17 años que realizan deportes diversos arrojan estadísticas de deshidratación elevadas. Cerca de un 60 % de los chicos comienzan sus prácticas deportivas de entrenamiento con algún grado de deshidratación. Es sumamente importante que comencemos a motivar el consumo de líquidos en esta población desde ya, hablando a los maestros de la relevancia de la ingesta de agua, y a los profesores de actividad física y a la comunidad en general.
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