MUNDIAL. – Hoy, 14 de noviembre, se conmemora el Día Mundial de la Diabetes. Según la FID en el mundo unas 193 millones de personas, o cerca de la mitad de todos los adultos que vivían con diabetes en 2015, desconocen que tienen la enfermedad. Muchos de estos casos son de diabetes tipo 2.
Cuanto antes se diagnostique a una persona, antes se puede iniciar el tratamiento y el control, lo que puede mejorar las posibilidades de prevenir complicaciones dañinas y costosas.
Este año el Día Mundial de la Diabetes destacará las soluciones factibles y económicas que existen para ayudar a identificar a las personas con diabetes tipo 2 sin diagnosticar o en riesgo de desarrollar diabetes en el futuro.
Causas
El envejecimiento y los cambios en los estilos de vida son los dos factores que más influyen en el incremento progresivo de la diabetes, aunque en la actualidad se ha demostrado que los niños y adolescentes también pueden sufrir de esta enfermedad.
El cambio en los hábitos alimentarios y el creciente sedentarismo y aumento de la inactividad física, que provocan obesidad, tienen como consecuencia directa que la enfermedad esté aumentando en casi todo el mundo.
Otras condicionantes que aumentan la probabilidad de desarrollar diabetes son: la presencia de otras enfermedades como obesidad e hipertensión arterial; la genética; el estrés; falta de vitamina D; pancreatitis; hipotiroidismo; el embarazo; y otros factores más.
En algunos casos la diabetes puede ser secundaria a alguna circunstancia concreta como el consumo de alcohol (sobre todo en el sexo masculino), algunos fármacos (corticoides, antiinflamatorios, anticonceptivos en mujeres), enfermedades renales, y otras.
Síntomas
Los síntomas de alerta, y más frecuentes cuando la enfermedad está plenamente desarrollada, son: poliuria (orinar mucho), pérdida de peso, polidipsia (tener mucha sed y beber mucha agua), reducción de la agudeza visual, cansancio y somnolencia.
¿Cómo se previene?
La diabetes se puede prevenirse evitando el exceso de peso, con alimentación saludable, manteniendo una vida activa, realizando actividad física (mínimo tres veces por semana), controlando adecuadamente las otras enfermedades que favorecen el desarrollo de esta patología como son la Hipertensión Arterial y la Dislipidemia.
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