Las alergias: causas y consejos sobre las de temporadas y las alimentarias

Las alergias se producen cuando el sistema inmunológico, que tiene la función de defender al organismo frente a ataques de cuerpos extraños, provoca una reacción desproporcionada con efectos no deseados. Laura González, responsable de nutrición y salud de Nestlé, indicó que: “Los efectos, en la mayoría de ocasiones, son de tipo inflamatorio provocando conjuntivitis, urticaria, dermatitis o incluso asma”. Las más prevalentes en primavera son las rinitis alérgicas y el asma alérgico.

Los pólenes son la causa más frecuente, porque provocan problemas de respiración, tos, mucosidad, lagrimeo, congestión nasal y en ocasiones cansancio. Los tratamientos habituales para la alergia son de tres tipos: medicamentos, vacunas y medidas de protección. Los medicamentos más utilizados son los antihistamínicos, aunque suelen tener efectos secundarios un tanto incómodos como la somnolencia o la sequedad de boca y fosas nasales.

Desde el punto de vista nutricional, la experta recomienda beber abundante agua para reducir el impacto de las alergias a pólenes y favorecer la eliminación de la mucosidad, así como seguir una alimentación rica en productos frescos, con alto contenido hídrico, como las frutas y las hortalizas, que aportan vitamina C y contribuyen al funcionamiento normal del sistema inmunológico.

“No obstante, lo más importante frente al cuadro alérgico primaveral relacionado con el polen es intentar evitarlo y tratar los efectos secundarios de la reacción del sistema inmune. Para ello es importante ponerse en manos del médico de cabecera y del especialista en alergias”, resaltó González.

Algunos de los consejos de la señora Laura González para evitar las reacciones alérgicas alimentarias son los siguientes:
Comer en casa a base de alimentos frescos, excluyendo los que causan la alergia, así como tomar medidas higiénicas para evitar una posible contaminación cruzada.
En el caso de consumir alimentos envasados es muy importante leer siempre las etiquetas.

En la lista de ingredientes se señalan obligatoriamente los alérgenos.

Ante la duda de si el alimento contiene o no un alérgeno, lo mejor es no consumirlo.

Si se busca un sustituto al alimento o sustancia que provoca el problema, siempre debemos asegurar que tiene propiedades nutricionales similares, es decir, el pescado y el marisco cambiarlo por carne o huevo.

Fuente: Efe Salud.

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