SANTO DOMINGO. – Hoy 26 de enero se conmemora el Día Mundial de la Alimentación Plena o Mindful Eating. Muchos profesionales de la salud de distintas áreas tales como Psicólogos, Nutricionistas, Médicos gastroenterólogos, Psiquiatras, así como también expertos en Yoga y ejercicio se harán eco de este día para promover una filosofía que tiene pocos años pero que promete mucho.
¿De qué se trata este concepto? Se trata de priorizar varios principios que se aplican al ser humano como un ser integral compuesto de varias áreas del saber, pero que confluyen todos a la hora de alimentarse. Sostiene que en la comida se reflejan las actitudes hacia el entorno y hacia el mismo individuo como una relación especial. La alimentación plena puede concientizar sobre las acciones, pensamientos, sentimientos y motivaciones y hasta brindar cierta “introspección acerca de las raíces de la salud y la felicidad” como explica el Centro de Mindful Eating de los Estados Unidos.
El estilo de vida de hoy tan rápido, e inundado de tecnología dista de lo que era el momento de alimentarse hace 50 años atrás, donde un almuerzo era sagrado por ejemplo para disfrutar la comida en familia, duraba al menos 45 minutos e incluía sobremesa. Ahora, las personas no desayunan por falta de tiempo, y comen en el automóvil o la oficina con una computadora, celular inteligente o televisor enfrente, los tiempos de comida se han acortado y los trastornos alimentarios, sobrepeso, obesidad y otros problemas de salud relacionados con el acto de alimentarse han aumentado en prevalencia.
Por todo lo anterior la “Alimentación Plena” promueve los siguientes principios:
1. Permitir darse cuenta de las oportunidades positivas y nutritivas que están disponibles a través de la selección y preparación de alimentos respetando la propia sabiduría interna.
2. Utilizar todos los sentidos para elegir comer alimentos que son tanto placenteros para el comensal como nutritivos para el cuerpo.
3. Reconocer las respuestas a los alimentos (si son agradables o desagradables o neutros) sin juicios.
4. Aprender a estar consciente del hambre física y de las señales de saciedad para guiar las decisiones de comenzar y parar de comer.
Alimentarse de forma plena implica disfrutar del momento de comer, sin prejuzgar o etiquetar alimentos como buenos o malos, sino educándose de forma tal que se elijan las comidas por la cantidad y calidad nutricional relacionada con el bienestar presente y futuro, aceptando y entendiendo los mecanismos de saciedad que fisiológicamente se dan en el cuerpo.
Muy interesante filosofía que están adaptando muchos profesionales para tratar pacientes con sobrepeso, obesidad y otros males crónicos que precisan de adherencia a una alimentación saludable permanente.
Por: Ana Laura Cattaneo
Nutricionista de la Facultad de Medicina de Buenos Aires
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