Estos son los consejos de los inmunólogos para tener las defensas altas (y no beber alcohol es uno de ellos)

El sistema inmunitario es una red compleja de células, tejidos y órganos que funcionan en equipo para defendernos de los «invasores» (patógenos, parásitos, alergenos, toxina). Su trabajo es ayudar a reconocerlos y a mantenerlos fuera de nuestro organismo y, si no puede, encontrarlos y deshacerse de ellos.

En plena pandemia de coronavirus, los ciudadanos están especialmente preocupados por mantener al patógeno alejado. Lavarse las manos con frecuencia y evitar los contactos estrechos son las principales medidas para prevenir los contagios. Pero además, deberíamos intentar que nuestras defensas se encuentren lo más altas posibles. Hay factores que influyen en nuestro sistema inmune y no podemos controlar como la genética, la edad, el sexo, patologías crónicas... Sí que hay otros, relacionados con el estilo de vida, que podemos modular. Por eso es importante que durante el confinamiento evitemos caer en hábitos poco saludables como dietas desequilibradas, tabaco, sedentarismo, consumo de alcohol...

La Sociedad Española de Inmunología ( SEI), en un documento elaborado por los doctores Alfredo Corell y África González, señala los aspectos en los que podemos incidir para mejorar nuestras defensas:

-Vacunación: Es una de las mejores medidas preventivas para evitar contraer enfermedades infecciosas.

-Ejercicio: Moderado. Tan negativo es el sedentarismo como una actividad muy intensa porque incrementa el número de infecciones. «De hecho los deportistas de fondo de élite terminan las temporadas inmunodeprimidos», advierten en el documento de la SEI.

-Sueño: Para tener un correcto ritmo circadiano, con producción de hormonas que son necesarias para el desarrollo de los leucocitos (melatonina), se necesitan 7-8 horas de sueño.

-Una higiene adecuada evitará la exposición a patógenos.

-Consumo de alcohol, drogas, tabaco. El consumo de tabaco es muy dañino porque «altera toda la línea de defensas en nuestra mucosa respiratoria, y está en el origen del desarrollo de diversos tipos de cánceres», señalan. Igualmente el consumo de alcoholes destilados y drogas tiene «efecto inmunosupresor, con unos mecanismos muy parecidos a los que se producen en situación de depresión o estrés». «Hasta hace poco se indicaba que la ingesta moderada de vino o cerveza podría ser “inmunosaludable”. Debemos aquí negarlo y distinguir que un placer durante una comida no lo debemos identificar como saludable: que no afecte negativamente al sistema inmunitario no es sinónimo de salud (hay muchos efectos secundarios muy dañinos)», apuntan en el documento de la SEI.

-Alimentación: Con una alimentación variada, rica en legumbres, verduras (la fibra es el mejor prebiótico), cereales, frutas frescas, carne, huevos, pescado, lácteos tenemos los nutrientes adecuados para un correcto sistema inmunitario. La SEI destaca algunos macro y micro nutrientes que si retiramos de la dieta produciran un aumento de infecciones: por ejemplo el zinc, selenio, vitaminas C o E, entre muchos otros. Pero aseguran que no es necesario tomar ningún suplemento en condiciones normales. Sí que recomiendan evitar «dietas extremas» que excluyan nutrientes esenciales de nuestra alimentación diaria.

-Evitar el estrés: Vivir con estrés permanente es muy perjudicial porque se libera cortisol (hormona inmunosupresora). Por el contrario, una vida relajada es muy beneficiosa para el sistema inmunitario. «Las personas con mayores y mejores relaciones sociales tienen sus defensas más cuidadas. De nuevo, porque el estado de satisfacción ayuda a liberar hormonas inmunopotenciadoras», aseguran desde la SEI.

Fuente: ABC Salud

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