Autor: Laura M. Moreta Monegro. Estudiante de cuarto año de la universidad nacional Pedro Henriquez Ureña(UNPHU)
Se ha establecido que la disminución en los niveles de testosterona (T) podría asociarse con el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer (EA) y que la declinación en los niveles de dehidroepiandrosterona (DHEA), su sulfato (DHEA-S) y T puede relacionarse con la función cognitiva y la demencia.
La población de ancianos ha aumentado drásticamente en los últimos 100 años debido a los avances de la medicina y la salud pública. En el mundo, el porcentaje de individuos mayores de 60 años incrementó de 9.2% en 1990 a 11.7% en 2013. Este incremento de individuos ancianos elevará las demandas en salud pública y los servicios médicos y sociales, por esto es importante crear alternativas de retención y tratamiento para reducir el impacto del envejecimiento de la salud y mejorar la calidad de vida en esta población.
El envejecimiento es un proceso de declinación funcional que involucra un déficit en las habilidades cognitivas. La enfermedad de Alzheimer(EA) se caracteriza por una declinación progresiva de cognición y representa entre el 50% y el 80% de todas las demencias.
Los andrógenos y sus metabolitos son esteroides derivados del colesterol. En los seres humanos, la DHEA y su sulfato (DHEA-S) representan los principales andrógenos secretados por la glándula suprarrenal, cuyos niveles incrementan durante la niñez y pubertad, alcanzan su nivel máximo a los veinte años y el nadir entre los 60 y 70 años. Por sus acciones en el SNC, DHEA y DHEA-S, al igual que T, han sido clasificados como esteroides neuroactivos por su capacidad de regular la actividad neuronal.
En el SNC, estos andrógenos favorecen la neuroprotección, el crecimiento de las neuritas, la neurogénesis y sobrevivencia neuronal, la síntesis y secreción de catecolaminas, además poseen efectos antioxidantes, antiinflamatorios y antiglucocorticoides.
La DHEA es precursora de la T, considerada el andrógeno predominante y biológicamente más importante en el hombre. A partir de la tercera década de vida los niveles disminuyen, por la disminución de la capacidad secretora testicular, resultando en la deficiencia parcial de andrógenos. La cual provoca alteraciones físicas, emocionales y conductuales, tales como fatiga, disminución de la masa muscular, aumento de peso, irritabilidad, depresión y fallas en la cognición. Estas alteraciones se deben a la reducción del efecto de la T sobre la actividad de estructuras cerebrales.
El papel de los andrógenos en la memoria; Se ha planteado la hipótesis que la declinación en las concentraciones de DHEA y DHEA-S puede acelerar el proceso de envejecimiento en aspectos físicos y cognitivos. Sin embargo, los estudios en humanos acerca de esta relación mostraron resultados contradictorios.
Un estudio longitudinal, Kalmijn et al. demostraron una relación inversa, aunque no significativa entre los niveles de DHEA-S y el deterioro cognitivo de sujetos sanos de ambos sexos con una media de edad de 67 años. Por el contrario, Carlson y Sherwin observaron que la disminución en los niveles de DHEA-S en el plasma de hombres y mujeres >60 años no se asocia con su ejecución cognitiva. En línea con lo anterior, el tratamiento con DHEA (50 mg durante 13 semanas) a sujetos sanos de 60 a 80 años no mejoró la ejecución cognitiva; sin embargo, estos autores observaron que el cociente cortisol/DHEA alto se asoció con una menor ejecución en la memoria viso-espacial. En pacientes con EA se observó que aquellos con niveles plasmáticos de DHEA-S más altos presentaron una mejor ejecución cognitiva, pero la administración de DHEA por 6 meses a este tipo de pacientes no mejoró la cognición respecto al placebo.
Una posible explicación para la falta de eficacia de DHEA-S en la memoria, es una declinación relacionada a la edad en la conversión de DHEA a estradiol en regiones cerebrales asociadas a la memoria. A diferencia de las investigaciones clínicas, estudios realizados en roedores jóvenes y viejos han establecido que la DHEA y la T mejoran la memoria en diversas tareas.
En general, estos estudios revelan que la memoria se ve favorecida por el tratamiento de DHEA en modelos que producen neurotoxicidad o bloqueo de diversos sistemas de neurotransmisión implicados en la memoria. Mientras otros estudios, reportan que los niveles de T no se relacionan con la memoria. Las diferencias en estos estudios podrían explicarse por la diversidad de las evaluaciones cognitivas aplicadas a los sujetos, algunas de las cuales pueden ser más sensibles a los efectos de los cambios hormonales.
La evidencia mostrada en esta revisión sugiere un papel causal entre el decremento en los niveles de andrógenos y la declinación cognitiva relacionada a la edad. En particular, se ha propuesto que el mantenimiento de concentraciones normales de andrógenos podría prevenir o revertir las declinaciones relacionadas a la edad en la memoria y en la función cognitiva y retardar el desarrollo o progreso de la EA.
Sin embargo, los beneficios de la administración de estos andrógenos para dicho fin aún están en consideración ya que se ha encontrado un efecto positivo de algunos andrógenos, como la DHEA, en la memoria usando modelos animales de degeneración, pero no en animales en proceso normal de envejecimiento. Al respecto, se ha planteado que la acción neuroprotectora de los andrógenos podría requerir un proceso o evento patológico para demostrar sus beneficios sobre la cognición, lo cual podría explicar las diferencias en estos resultados.
Referencias:
- Jimenez G, Herrera J, Hernandez O, Martinez L. La deficiencia de andrógenos y su relación con el dete [Internet]. Pdfs.semanticscholar.org. 2017 [cited 20 May 2020].
- Hernandez M, Porias H, Lamm L. Deficiencia de andrógenos en adultos de edad avanzada [Internet]. Medigraphic.com. 2007 [cited 20 May 2020].
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