Autora: Heyliana Marte Abreu, estudiante de Medicina de 2do año del Instituto Tecnológico de Santo Domingo (INTEC). Miembro del Comité Permanente en Salud Pública (SCOPH) de la Organización Dominicana de Estudiantes de Medicina (ODEM).
Algunos diagnósticos son fáciles de entender en todas las culturas, mientras que otros necesitan una comprensión culturalmente relativista de los factores que pueden influir en la presentación y la búsqueda de ayuda. El trabajo clínico implica un interés en las experiencias de nuestros pacientes individuales, en particular, pero también en la aplicación de construcciones de enfermedades que deben aplicarse en general. En otras palabras, se plantea la pregunta: ¿cómo puede un solo conjunto de definiciones de diagnóstico hacer justicia a las experiencias matizadas de las personas en todo el mundo? Además, ¿cómo pueden emplearse estas categorías en culturas que están 'en transición', pasando de orientaciones más tradicionales y colectivistas / sociocéntricas a culturas más egocéntricas e individualistas? En términos generales, en las culturas más tradicionales, la posesión del espíritu y los trastornos disociativos juegan un papel en la comunicación de la angustia a las personas cercanas al individuo en su parentesco o familia extendida (1)
Para la psiquiatría clínica, los trastornos de trance y posesión se definen como estados que implican 'una pérdida temporal del sentido de identidad personal y la plena conciencia del entorno' y se clasifican como un tipo de trastorno disociativo. Las personas con 'fenómenos disociativos' experimentan clásicamente interrupciones profundas y limitadas en el tiempo de la conciencia, la memoria, la conciencia espacial y la personalidad. En aquellos con posesión y trance, el comportamiento a menudo se entiende como el reemplazo de la identidad de esa persona por otra: se manifiesta en personas afectadas que hablan con diferentes dialectos, tonos vocales, se comportan como si fueran otra personalidad o se refieren a detalles autobiográficos falsos. Sin embargo, tal conceptualización no está exenta de problemas. El primer problema es que, como muchos diagnósticos psiquiátricos, los estados de trance y posesión disociativos muestran variación intercultural (los estados de trance muestran variabilidad tanto en frecuencia como en atribución) vistos como fabricados en algunas culturas, patológicos o socialmente aceptados en otras (1)
Una pregunta importante en la investigación de la posesión espiritual es por qué ciertas personas experimentan posesión y otras no. La exposición a eventos traumáticos y eventos estresantes, tendencias disociativas y somatización se han discutido como factores predisponentes. Si la posesión del espíritu implica necesariamente algún tipo de disfunción o psicopatología ha sido el tema de un debate científico duradero. En esta discusión, los antropólogos han tendido a argumentar que la posesión espiritual es un fenómeno culturalmente sancionado y recompensado que cumple una función social y necesita ser interpretado dentro de su contexto cultural. Otros autores, principalmente de disciplinas psicológicas y médicas, han descrito casos de posesión de espíritus asociados con afecciones y disfunciones crónicas, a veces como cardinales, a veces como un síntoma secundario de un síndrome patológico como psicosis, somatización o un trastorno disociativo (2)
Basado en una encuesta basada en un cuestionario y una entrevista, un estudio evaluó los factores relacionados con la posesión de Vodou en la República Dominicana, comparando a los individuos poseídos con un grupo emparejado en términos de estatus socioeconómico (SES) y creencias religiosas. Los posibles predictores de posesión incluyeron experiencias traumáticas, disociación somatomorfo, influencias ambientales y familiares, y algunos aspectos de la experiencia interna. Además, se exploró si la posesión se asociaba o no con una afección crónica o, por el contrario, con beneficios personales o sociales (2)
En algunas comunidades es común atribuir sucesos o experiencias no habituales (como un estado de ansiedad o depresión) a un estado de posesión. Las creencias acerca de los fenómenos de posesión son frecuentes y no deberían ser contemplados automáticamente como parte de un trastorno psicótico. Esto implica la necesidad de obrar con prudencia a la hora de instaurar tratamiento neuroléptico, particularmente a medio y largo plazo. Por otro lado, es importante aseverar el nivel basal de espiritualidad del paciente y su comunidad, recogiendo una historia espiritual (3)
Existen a día de hoy instrumentos validados con este fin, de entre los cuales destaca el cuestionario FICA (Faith, Importance, Community and Address), que conlleva únicamente 5 minutos y aborda cuatro dominios relevantes acerca de la relación entre espiritualidad y salud. El abordaje de estos síntomas debería ser adecuado a la cultura del paciente en la medida de lo posible. En muchos casos, las curas rituales, solas o en combinación con el tratamiento convencional, son efectivas. La bibliografía actual apoya un abordaje integrado en la cultura y una mayor educación entre el personal acerca de temas culturales. En conclusión, los estados de posesión son una entidad descrita en la mayor parte de culturas y sociedades del mundo; la mayoría de ellos no se encuentran en relación con un trastorno psicótico. Ante un estado de posesión, los clínicos deberían considerar todos los factores biopsicosociales, culturales y espirituales del individuo. Una mejor comprensión de las diferencias culturales es crucial en salud mental, por su relevancia sobre la percepción y significación de los síntomas, la elaboración de diagnósticos precisos y la prescripción de tratamientos adecuados (3)
Referencias Bibliográficas:
- Bhavsar V, Ventriglio A, Bhugra D. Dissociative trance and spirit possession: Challenges for cultures in transition. Psychiatry And Clinical Neurosciences [Internet] (2016) 70(12), pp 551-559.
- Schaffler Y, Cardeña E, Reijman S, Haluza D. Traumatic Experience and Somatoform Dissociation Among Spirit Possession Practitioners in the Dominican Republic. Culture, Medicine, And Psychiatry, [Internet] (2015) 40(1), pp 74-99.
- Aymerich C, Aranzazu M, Bustamante S, Blanco J, Gómez D, Sesma S, González M. Possession Phenomena: A Case Report. Actas Españolas De Psiquiatría [Internet] (2020) 48(2)
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