SANTO DOMINGO. - El crecimiento poblacional ha sido exponencial en los últimos 50 años. Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), la población actual de América Latina es de 625 millones de personas, número que duplica la población registrada hace 41 años, en 1975. Esto supone además un aumento en la esperanza de vida de la población, enfrentando a la región a la perspectiva de un rápido envejecimiento.
Estos cambios demográficos resultan ser un reto no solo para la medicina, que evoluciona y se adecúa a una población más añosa, sino también para los sistemas de salud que deben lograr la atención de una población creciente con recursos limitados. El desarrollo de los productos biosimilares responde a la necesidad de brindar cobertura a todos los pacientes en un sistema que afronta costos crecientes en salud, en particular en diagnóstico y tratamiento.
De los biofarmacéuticos a los biosimilares
El nombre biofarmacéuticos ha sido dado a aquellos medicamentos que contienen sustancias, derivadas de la biotecnología o de la biología, principalmente proteínas como sus componentes activos. Como ejemplos de estos productos podemos nombrar a la insulina, la eritropoyetina, los interferones o la hormona de crecimiento. Los productos biofarmacéuticos consumen una proporción sustancial de los presupuestos nacionales para la atención de la salud.
Los productos biosimilares. Los biosimilares son medicamentos de origen biotecnológico que, como su propio nombre indica, son “similares” a otros medicamentos biofarmacéuticos innovadores. En otras palabras, un biosimilar es una versión de un medicamento biofarmacéutico previamente aprobado, al que se denomina: producto de referencia. Los biosimilares no son lo mismo que las versiones genéricas de medicamentos derivados químicamente de síntesis. Esto se debe a que la complejidad del proceso de fabricación, la heterogeneidad del producto final, el componente activo mismo y otros factores pueden no ser idénticos al producto de referencia. Inclusive, el producto de referencia también presenta cierta variabilidad entre los diferentes lotes de un mismo producto a lo largo del tiempo.
La introducción y el uso de biosimilares en Latinoamérica representan una gran oportunidad para los gobiernos, los médicos y los pacientes. Los biosimilares aseguran a una creciente cantidad de pacientes, el acceso a tratamientos de alta complejidad a precios accesibles, permitiendo a los sistemas de salud ampliar su cobertura y eficacia.
No te pierdas una noticia, suscribete gratis para recibir DiarioSalud en tu correo, siguenos en Facebook, Instagram, Twitter, Linkedln, telegram y Youtube