SANTO DOMINGO. - Como habitantes de una región tropical, el calor es un factor que afecta todos los aspectos de nuestras vidas, incluyendo la salud. Las altas temperaturas no sólo pueden afectar nuestro bienestar de forma directa, sino la eficacia de la medicina de la que dependemos. Gran parte de los medicamentos son termolábiles. Esto significa que son destruidos o pierden sus cualidades curativas cuando son expuestos o almacenados a una temperatura determinada. Por esta razón se indica que toda medicina sea conservada en un lugar fresco, sin importar su empaque, morfología o modo de administración.
El problema empeora con los medicamentos que dependen de la llamada "cadena de frío." Aquellos pertenecientes a esta categoría, como los tratamientos para problemas renales, son tan sensibles al calor que requieren ser mantenidos constantemente bajo frío, incluso durante el período de transporte desde el laboratorio fabricante hasta su destino final. Cualquier interrupción en esta "cadena de frío" y el medicamento sufre daños irreparables.
Dado que el promedio de temperatura en nuestro país siempre será alto, se recomienda a todo profesional que maneje los medicamentos con el mayor cuidado posible. Siempre deben almacenarlos en lugares frescos, secos, lejos de la luz y la humedad. Mantengan estos ambientes de almacenamiento a temperaturas por debajo de 25 grados centígrado. Si su medicamento requiere más frío, se recomienda que utilicen aire acondicionado o refrigeración.
Para minimizar cualquier problema de exposición al calor en los medicamentos, conviene desde el comienzo elegir opciones sin requerimientos de bajas temperaturas o que no dependan de refrigeración constante. Por ejemplo, la Eritropoyetina Humana Recombinante de los laboratorios Biosidus, distribuido por Suiphar en la República Dominicana, no depende de la "cadena de frío". Se mantiene intacta a temperaturas por debajo de los 30 grados centígrado. Esto facilita su transporte, almacenamiento y uso para la anemia causada por condiciones como la insuficiencia renal crónica o tratamientos invasivos como la quimioterapia y zidovudina contra el VIH. Con los cambios climáticos comunes en la actualidad, medicamentos con este nivel de tolerancia térmica representan el futuro de la medicina.
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