Con la pandemia Covid-19 se ha visto el peso en el gasto de los servicios de salud, no sólo para la población general sino para todas las entidades que otorgan servicios de salud, públicas, privadas y los profesionales de la salud.
La doctora Raysa Portorreal Romero, médico, máster en Economía y Farmacoeconomía explica que en el caso de los servicios ambulatorios, que incluyen consultas médicas, se ha tenido que definir nuevos criterios de servicios, como el uso de insumos de protección personal, protocolos que indican que lo más adecuado es que un médico haga horario de consulta entre 4 y 6 horas, con cambios de ropa de protección, para cumplir reglas de bioseguridad.
Además, el médico debe tener a disposición de los pacientes un protocolo, en el cual se le indique que debe llegar a la consulta con sus guantes y mascarilla de uso médico y/o mascarilla N-95. Así no se le carga al paciente gastos innecesarios para la protección personal.
La doctora explica que el impacto económico se debe analizar en función de si el profesional de salud ya utilizaba ciertos insumos, como guantes, mascarillas, gorros desechables, etc.
“Estos insumos, si el profesional de la salud los utilizaba de manera regular y frecuente en su servicio, cargándolo a los gastos administrativos de la atención; no debe entonces, bajo las circunstancias actuales hacer uso y abuso de cobros indebidos a los pacientes por estos insumos”, explica la especialista.
En entrevista para DiarioSalud.do, la doctora Portorreal explica que si un centro o profesional de la salud le cobra al paciente estos insumos, se puede elevar el costo del servicio entre un 60 y 80 por ciento, lo que aumenta el gasto de bolsillo y podrían dejar de asistir a las consultas de seguimiento. .
En el caso de los centros de salud con capacidad de internamiento, la doctora explica que la pandemia trajo aprendizaje, como aprender a planificar procesos de compra, basados en una adecuada planificación de los insumos gastables, para no cargar a la factura del paciente gastos innecesarios que puedan elevar costos de los procedimientos y de los honorarios profesionales.
Recordó que la adquisición de insumos de protección es para la protección del personal de salud de una enfermedad ocupacional, como Covid-19.
De acuerdo con la doctora, tanto pacientes, profesionales y centros de salud tendrán la oportunidad de desarrollar nuevas formas de hacer las cosas tras la pandemia, como crear sinergia entre todos.
“Los médicos deben capacitarse en el uso de los protocolos de bioseguridad, cumplir al 100 % con todos los criterios, no discriminar a los pacientes, no exponer sus datos, cuidar de forma celosa la confidencialidad de los pacientes”, explica.
A juicio de la especialista, los centros junto a los profesionales de la salud manejarán el impacto de la situación si aprenden a desarrollar herramientas nuevas que mejoren el acceso a los servicios de salud, hacer uso de las bondades de los tele-servicios, en el marco de la teleconsulta, la telemedicina, la cual incluye el uso de los dispositivos que permitan mejorar el acceso a los servicios de salud. Aprender a tener planes para manejo de contingencias y situaciones frente a desastres, así como un presupuesto para eventualidades.
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