ECUADOR.- Varias organizaciones nacionales e internacionales realizan una intensa labor en Ecuador, para mejorar las condiciones de vida y seguridad de mujeres, niñas y niños tras el sismo que afectó este país sudamericano el pasado 16 de abril.
Entidades de las Naciones Unidas como el Fondo de Población (UNFPA) dedican esfuerzos a la salud sexual y reproductiva de las mujeres, facilitando el acceso a servicios vitales asociados a la maternidad.
El UNFPA estima que unas 20 mil embarazadas podrían ser afectadas, por lo que no sólo se limitan a hacer campañas de información, sino que gestionan la práctica de “partos seguros, especialmente en casos de emergencias obstétricas, a fin de prevenir la mortalidad materna (MM) y neonatal, así como garantizar el acceso a métodos anticonceptivos, incluyendo condones para prevenir embarazos no planificados y abortos”, precisa en su página web.
Las difíciles condiciones en las zonas afectadas por el terremoto elevan los riesgos de MM e infantil, por lo que otras instituciones como el Ministerio de Salud Pública (MSP) refuerzan acciones preventivas en el manejo de infecciones, VIH y posibles situaciones de violencia sexual.
De acuerdo con el UNFPA, se han establecido además “kits” dedicados al cuidado de la salud reproductiva, con los que esta entidad colabora con la labor del MSP.
Los daños en infraestructura y de instituciones de salud representan otro reto en la atención específica de los temas sanitarios de las mujeres. Al menos seis hospitales están fuera de servicio y, ante las previsiones de que una de cada cinco ecuatorianas esté embarazada o presente un embarazo en los próximos meses, las labores de cuidado y prevención revisten mayor importancia.
De acuerdo con el sitio web del diario El Comercio, “después del terremoto, un equipo de UNICEF se trasladó a las zonas más afectadas para realizar una evaluación de los daños y colaborar en temas de agua, saneamiento y educación”.
Organizaciones sociales, entidades gubernamentales y activistas se suman a diversas acciones de apoyo, educación y acompañamiento para mejorar las condiciones de vida en las ciudades más afectadas por el terremoto, en las que además preocupan las condiciones sanitarias por el aumento de las lluvias y la aparición de más casos del virus del zika, entre ellos en una embarazada.
Se estima que hay cerca de medio millón de personas damnificadas, más de 650 han fallecido y cerca de 30 mil están albergadas tras el sismo que afectó a Ecuador hace dos semanas.
Fuente: Bajo Palabra
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