Toledo. – El Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo lleva a cabo una investigación del papel de las células mieloides supresoras, células del sistema inmune, como biomarcadores de la esclerosis múltiple, un proyecto financiado por el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades.
Esta enfermedad autoinmune se produce cuando las defensas del organismo atacan la vaina de mielina, un recubrimiento de los axones de las neuronas tanto en el cerebro y médula espinal como en los nervios, causando daños neurológicos en los pacientes.
El 85 por ciento de los pacientes padecen el tipo remitente-recurrente (EMRR), que cursa con brotes, y el otro 15 por ciento sufren esclerosis primaria progresiva, una forma más agresiva. Dos grandes grupos de una patología que no se puede prevenir ni curar pero que, sobre todo en la EMRR, sí tratar con fármacos que controlan su avance.
La esclerosis múltiple, conocida como la “la enfermedad de las mil caras” por su heterogeneidad, afecta en España a más de 47.000 personas, más a mujeres que a hombres, y aparece principalmente entre los 20 y 40 años.
“El origen del estudio se basó en que, si potenciamos estas células mieloides supresoras, ellas podrían controlar mejor a los linfocitos T y por tanto la inflamación, lo que suponía controlar el avance de la enfermedad”, explicó Diego Clemente a Efe salud.
Actualmente, se está analizando la sangre de los ratones desde el primer día que presentan síntomas en el modelo animal de la enfermedad (ratones), y se está tratando de establecer una relación entre la cantidad de células mieloides supresoras y el avance de la esclerosis múltiple: “Nuestra hipótesis es que, a mayor cantidad, menor progresión”, apuntó el neurobiólogo.
Fuente: EFE SALUD.
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