MADRID.- EFEsalud repasa junto al neurólogo y neurocirujano Vicente Calatayud cinco trastornos, tan raros como verdaderos. No son muy numerosas las personas que los padecen, pero la literatura, el cine y la televisión han visto en algunos de ellos un filón y los han sabido explotar con éxito.
1.- Síndrome de Savant o del Sabio
Como olvidar si a Dustin Hoffman en el papel de un síndrome de Savant en “Rain Man”. El personaje que interpretó Hoffman está inspirado en una persona real, de nombre Kim Peek , quien tenía una memoria tan prodigiosa que a lo largo de su vida memorizó más de 8.000 libros, se sabía todos los mapas de EEUU y era capaz de reconocer miles de piezas musicales.
Pese a estas habilidades memotécnicas, Peek era una persona totalmente dependiente y apenas podía abrocharse la camisa él solo. Su capacidad de almacenar información era prácticamente ilimitada, pero solo la almacenaba y no era capaz de entender el significado de lo que retenía. Kim padecía el llamado síndrome de Savant o síndrome del Sabio.
Su escasa prevalencia entre la población junto con las dificultades de encajarlo en un trastorno específico hacen que este síndrome sea un quebradero de cabeza para muchos estudiosos del tema.
No obstante hay hipótesis médicas que apuntan a que la mayoría de los que lo sufren tienen alteraciones o daños en el hemisferio izquierdo de su cerebro. Muchos autistas presentan el síndrome.
2.- Síndrome de la Mano Ajena o “Alienígena”
Este síndrome se suele presentar como secuela de operaciones en los que hay una cirugía de separación de hemisferios cerebrales, para tratar, por ejemplo, casos extremos de epilepsia.
El rasgo común es la actividad motora autónoma e involuntaria del miembro afecto así como la sensación de extrañeza sentida por el paciente, por los movimientos involuntarios, incontrolables y sin objetivo que realiza su mano.
Se trata de un trastorno neurológico poco frecuente que perturba, y mucho, la vida de quien lo padece. Algunos estudios señalan que la mano ajena realiza movimientos que entran en conflicto o rivalizan con la otra mano.
También refieren que la mano alienígena no puede evitar agarrar los objetos que están a su alcance.
3.- Síndrome de Tourette
Pestañear, mover la cabeza, sacudir los brazos, hacer ruidos, repetir palabras o sonidos son algunos de los tics que puede presentar el paciente que sufre este síndrome, y que además no puede controlar porque son compulsivos.
Los primeros síntomas se inician generalmente entre los 7 y los 10 años y suelen afectar con más frecuencia a los chicos.
Según apunta el doctor Calatayud, parece ser que tiene un componente genético, y “puede ser una consecuencia de que se altera la química cerebral”. A veces, el sujeto dice tacos y los repite sin control en cualquier situación. Cuando la repetición incluye palabras obscenas, a este síndrome se le llama “coprolalia”.
La Fundación Tourette informa en su página web que los tics aumentan por causa del estrés, la ansiedad y el cansancio, y disminuyen durante actividades que requieran concentración y en la que los afectados tienen un buen dominio.
Muchas personas con Síndrome de Tourette tienen habilidades especiales para la música, el teatro, los deportes y el dibujo.
4.- Síndrome de Münchhausen
De gran complejidad para los expertos, este síndrome fue descrito en 1951 por el doctor Richard Asher en un artículo en la revista científica The Lancet.
Asher le dio el nombre de Münchausen recordando al barón alemán de ese nombre que supuestamente contaba muchas historias y aventuras fantásticas e imposibles sobre sí mismo.
Los pacientes que lo padecen tienen enfermedades ficticias de lo más variadas y complicadas que les llevan durante años a demandar gran cantidad de recursos y peregrinar de hospital en hospital, solo con el fin de llamar la atención.
No son histéricos ni simuladores en el sentido clásico, y aunque conscientes de sus actos, se ven impelidos por razones que ni ellos mismos comprenden.
Así simulan múltiples enfermedades, y en ocasiones llegan incluso a ingerir productos o sustancias nocivas para su salud, o se autolesionan. Se trata pues de un trastorno ficticio grave que se convierte en trágico cuando es un Münchhausen por poder o proximidad.
El que padece esta última variante de Münchhausen causa deliberadamente una lesión, enfermedad o desorden a otra persona.
La víctima suele ser un niño o niña o adulto vulnerable y el Münchhausen cuidador suele ser el padre, madre, tutor o su cónyuge.
5.- Síndrome de Capgras
El cine y la literatura (“El Eco de la Memoria” de Richard Powers, por ejemplo) han sucumbido también ante este síndrome que se caracteriza por la incapacidad de identificar a una persona conocida y creer que se trata de un impostor.
La persona que lo padece, ve la cara de su cónyuge, por ejemplo, y está seguro de que se trata de un impostor o impostora.
Este trastorno se debe a una desconexión entre el mecanismo físico del reconocimiento visual y la memoria afectiva. Por esta razón, el paciente ve un rostro conocido pero no experimenta las reacciones afectivas que se suelen dar ante la presencia de un familiar o persona próxima, debido a que interpreta que se trata de un impostor.
Jean Marie Joseph Capgras, fue el psiquiatra francés que reconoció en 1923 esta enfermedad y le dio el nombre de “Ilusión de los Sosias (dobles)”. Capgras refirió el caso de una mujer de 74 años que afirmaba que su esposo había sido reemplazado por un extraño.
Fuente: EFEsalud
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