En los últimos años, despertar con dolores que obstaculizan la capacidad de disfrutar del amanecer se ha convertido en una experiencia común para al menos 3 de cada 10 personas en todo el mundo. El dolor se ha transformado en una afección que no solo afecta el bienestar físico, sino también el mental y emocional de millones de individuos. En el marco del Día Mundial contra el Dolor, es fundamental crear conciencia sobre esta problemática que ha aumentado significativamente en la última década.
Según el estudio «Tendencias del dolor y disparidades en su crecimiento,» realizado en 146 países desde 2009 hasta 2021, factores como el estrés, la falta de optimismo, el aumento de la fabricación en algunos países, el perfil de edad de la población y los estresores sociales vinculados a condiciones económicas difíciles se encuentran entre las principales causas del incremento del dolor a nivel global.
En Latinoamérica, la situación es igualmente preocupante, ya que entre un 27% y 42% de los latinoamericanos sufren de dolor crónico, convirtiéndose en una de las principales razones de consulta en atención primaria. Esta situación afecta la calidad de vida, la capacidad para trabajar, el estado de ánimo, las relaciones familiares y sociales, así como la calidad del sueño, e incluso puede conducir a la depresión.
El Dr. Pablo Corella, gerente médico de Asofarma para Centroamérica y el Caribe, destaca que transformar esta realidad se ha convertido en un reto no solo para los médicos, sino para la sociedad en general. Por razones culturales, religiosas, actitudes de la comunidad y de los profesionales de la salud, así como motivos políticos y económicos, el dolor muchas veces no recibe el tratamiento adecuado.
En la región, existe una falta de conciencia sobre las opciones de tratamiento, así como programas de educación insuficientes para médicos, enfermeras y otros profesionales de la salud. Por lo tanto, es crucial desarrollar campañas que brinden opciones a los afectados, con el objetivo de que vivan vidas más activas y con menos limitaciones.
Se han diseñado diversas guías para el manejo del dolor, incluyendo la de la Asociación Internacional para el Estudio del Dolor (IASP) de 2015 y la del «National Institute of Health and Care Excellence» (NICE) de 2017, centradas en el dolor neuropático. Además, se recomiendan técnicas psicológicas de relajación, como la terapia cognitiva conductual y el biofeedback, especialmente para pacientes en los que se detectan factores emocionales subyacentes.
El dolor es una experiencia subjetiva, pero con intervenciones multidisciplinarias que involucran terapias físicas, farmacológicas y conductuales, se puede disminuir e incluso eliminar. Transformar el dolor en alivio y bienestar debe convertirse en una prioridad individual, familiar, social y mundial. El Día Mundial contra el Dolor nos recuerda la importancia de abordar esta afección de manera efectiva y compasiva.
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